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Comentario

Lo que el Habla soporta

Escrito por dcom

Por MSc. Luis Pérez González, integrante de la UNEAC

Confieso que desde hace algunos meses he sentido impulsos intermitentes que me han estimulado a escribir este artículo, pero entre los “trajines” que por la coyuntura de la actual pandemia nos sobrecargan a todos y el temor a que se piense que soy un petulante purista del idioma, los deseos en más de una ocasión fueron mermando.

Sin embargo, el encargo y la responsabilidad social que como filólogo de formación tengo me han halado definitivamente. Se trata de registrar aquellos desmanes del habla cotidiana que más atroces y desconcertantes pueden resultar ante una escucha medianamente inteligente. ¿Quieren ustedes considerar ese alarmante “dale, dale” que desde hace ya algún tiempo se ha impuesto, como modismo de mal gusto, a manera de irrespetuosa despedida, tanto por vía telefónica como cara a cara? Pareciera que un tratamiento “perruno” quiere adueñarse del contexto comunicativo.

Y qué decir del desesperante “nivel” que igual se aplica para un resultado productivo de las tan anheladas papas o una cantidad de materiales de la construcción. ¿Cuál es el nivel y dónde está realmente? Por ese camino llegamos al incomprensible “visualizar” (por ver) o aperturar (por abrir). ¡Qué manera de complicar, o mejor, enredar “las cosas”!

Así van apareciendo vicios idiomáticos notables incluso para cualquier extranjero que los oiga: lapso de tiempo (cuál no lo es), tal es así (por tanto es así), el viejísimo “a cabalidad” (por cabalmente) y hasta un llevado y traído “prevee” (en lugar de “prevé”) por su antojadizo parecido con “proveer”. Recuérdese que son dos verbos con significados bien diferentes. Entonces ya llegan “las cosas” a un punto que pululan fácilmente entre nosotros expresiones ilógicas como estas: “Alta Casa de Estudios” para referirnos a una universidad. Alguien podrá preguntarse a qué altura está la casa, cuando los altos son los estudios. O también “un 17 de marzo de 1978” (cuando en ese año esa fecha es posible una sola vez).

Ya estará de acuerdo conmigo si afirmo que “imperceptiblemente” estamos dañando una lengua que debemos cuidar como gran tesoro de nuestro patrimonio nacional. Nos alarma mucho que estos dislates, o para llamarle por su nombre, estos disparates se trasladan de la oralidad a la escritura con la facilidad más grande del mundo.

No piense que hemos terminado: pujan por hacerse notar en esta retahíla (tipo inventario) los insultantes usos incorrectos del gerundio, por lo que recomiendo que los evite siempre que pueda para “no pecar”. El empleo de “conveniar” por convenir y los preocupantes defectos en la concordancia, tan abundantes, como “la primer fase”.

Ante mayúsculas incorrecciones se nos pierden los denominados solecismos que nos inundan el ambiente, tales como “con relación a” (por en relación con), medidas “para” el coronavirus, como si quisiéramos favorecerlo, sin darnos cuenta de que hay una preposición (contra) que fielmente nos sirve para la idea de combatir la enfermedad.

No se salva del error ni siquiera el uso impersonal del verbo “haber” y tenemos que soportar incluso a locutores y periodistas que digan desenfadadamente oraciones como: “Habían razones sobradas para…” ¿Llegará la Real Academia a aprobarlo? No lo creo.

La falta de conocimientos lingüísticos mancha en la actualidad a muchos espacios y programas televisivos y radiales que confunden lo que es la redundancia con la repetición innecesaria, o que abusan de un mismo verbo hasta la fatiga, como el inaguantable “prosigue” en “Al mediodía”, en boca de sus conductores. ¿Y la sinonimia a dónde se fue? Ni hablar del omnipresente “transita”, vocablo que se va gastando a un ritmo que escandaliza.

No quiero aburrirlos, mis lectores, tan pacientes. Sé que no agoto el tema, pero ojalá hayan servido estas reflexiones compartidas para mover a la toma de conciencia de todos, porque “todos” (y aquí sí vale la repetición intencional) somos consumidores de nuestro español. Martí sentenció: “Háblese y escríbase sin manchas”. No lo manchemos.

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VREURI

3 Comentarios

  • Gracias profe por su escrito a cerca del habla espero que llegue a oidos receptivos y se tome conciencia en mejorar el idioma y la manera de hablar , le agradezco por haber aprendido hoy algo nuevo lo voy a tener siempre en cuenta , también le pido disculpa si en mi comentario de forma no ofensiva cometo algun error.

  • Me encantó su reflexión, a veces ya no sabemos si lo que decimos está correcto o no, el uso indiscriminado y además incorrecto llega a tal punto que para los que no somos especialistas de la lengua puede confundir y nos preguntamos ¿es qué lo que aprendimos no estaba bien? Defendamos nuesto idioma, elemento esencial de nuestra identidad.

  • Fui su alumna y lo considero un privilegio porque a su lado, aprendí mucho de nuestro idioma y de la literatura. Reflexiones como estas son tan acertadas que merecen ser leídas por todos los miembros de la comunidad universitaria. Gracias por sus sabias palabras que son alimento para el alma y el espíritu.

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