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Entrevista Vida Universitaria

Covid-19: Carlos Ariel un joven de estos tiempos

Carlos Ariel Abreu Cordero, estudiante de la Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca" que trabaja como voluntario en tareas de impacto frente a la Covid-19. Foto: Gladys C. Seguí León/UPR.
Escrito por dcom
Entrevista a Carlos Ariel Abreu Cordero, estudiante de 3er año de Licenciatura en Pedagogía Psicología, de la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, quien forma parte de los 380 miembros de la comunidad universitaria pinareña que acudieron al llamado del gobierno cubano de contribuir en tareas de impacto en el territorio durante el período de enfrentamiento a la pandemia

Por Gladys C. Seguí León

Desde hace poco más de un semana, el punto de venta “La Única”, perteneciente a la empresa Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) y ubicado en la Calle Maceo, de la capital vueltabajera, tiene un nuevo trabajador.

Y es que el joven universitario Carlos Ariel Abreu Cordero colabora, de forma voluntaria, se ha incorporado a las tareas coordinadas por la Circunscripción 161, del Consejo Popular Capitán San Luis.

Yudenys Rabeiro Pita, presidenta de la ANIR provincial, hoy al frente del grupo de trabajo contra la Covid-19 en esa área, refiere que Abreu Cordero es un joven educado, audaz y comunicativo

“Es un muchacho muy joven es verdad, pero también responsable y educado”, acota Rabeiro Pita.

Por su parte, Yuliet Rabelo Acebedo, cajera –dependiente del kiosco “La Única”, dice que en tiempo que Carlos Ariel Abreu ha demostrado ser humano en el trato con el público, al mismo tiempo inteligente. “Desde que está trabajando con ellos a aportado ideas muy importantes y necesarias para la correcta organización y funcionamiento de la actividad que realiza. Muchas veces él es el primero en llegar y el último en irse. Estamos muy contentos con su ayuda”.

¿Cómo te sientes en esta tarea asignada?

Al principio de la tarea me sentí un poco inseguro por la responsabilidad que estaba asumiendo. Sumándole, además, la poca experiencia en dirigir público. No es lo mismo coordinar una masa estudiantil, que  coordinar e informar a una población afectada por la crisis de una pandemia.

También temo por mi salud, pero me aseguro de tomar todas las medidas sanitarias.

Esta ha sido una experiencia fuerte porque lleva trabajo, paciencia y dedicación; pero también es bonita por la satisfacción que me da ver a las personas resolver sus necesidades, ahora de una manera más organizada y asequible. 

Pero me impulsa a continuar realizando esta labor saber que las personas están contentas con el trato y el nivel de información brindado.

Esta es una de esas experiencias que te marcan para toda la vida. Es para mi y mi familia un orgullo desempeñarla y saber que no me quedé de brazos durante la pandemia.

¿Qué experiencias te ha dejado colaborar en el kiosco?  

En realidad son muchas. Cada día se aprende más; pero sobre todo la capacidad de escuchar con atención a los problemas de las personas; a tener paciencia; a pensar mis respuestas en momento difíciles y la necesidad de informar al pueblo con rapidez y veracidad.

Desde tu experiencia en esta labor, ¿qué crees que va quedando por hacer?

Aún hay muchos temas por resolver. Estamos empleando, por iniciativa propia de quienes colaboramos en el kiosco, una nueva estrategia para la compra de productos de alta demanda: consiste en la entrega de cupones por núcleos familiares para que las personas conozcan lo que han comprado recientemente, lo cual agiliza las operaciones de venta en la entidad.  Además, de esta forma se contribuye al control.

Esto es una prueba tipo “ensayo-error”, por lo que cada día está en perfeccionamiento, claro, sin perder de vista el objetivo principal: satisfacer sus necesidades  del pueblo, de forma rápida y eficiente.

Algunas palabras a los jóvenes pinareños…

Al igual que yo, existe un grupo de jóvenes desempeñando diferentes  tareas y funciones en esta situación. Entre ellos sobresalen los estudiantes de la UPR, quienes han dado el paso al frente demostrando su valía, no tan solo como revolucionarios, sino como ser humano.

Sin embargo, aún no somos suficientes, quedan muchas cosas por hacer. Es por ello que les digo a esos jóvenes, que no se han incorporado, teniendo la posibilidad de hacerlo, que hagan suya la prédica martiana de que  «el deber de un hombre es ahí donde es más útil».

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