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Rafael María de Mendive, la luz que guía al maestro

Escrito por dcom

Rafael María de Mendive nació el 24 de octubre de 1822, la sede pedagógica de la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca», homenajea, con la impronta de sus cientos de egresados y maestros, el pensamiento de Mendive

Por Elizabeth Colombé Frías

“Y ¿cómo quiere que en algunas líneas diga todo lo bueno y nuevo que pudiera yo decir de aquel enamorado de la belleza, que la quería en las letras como en las cosas de la vida, y no escribió jamás sino sobre verdades de su corazón o sobre penas de la Patria? (…)”, escribió José Martí en las páginas del periódico El Porvenir, de Nueva York, el primero de julio de 1891.

Mendive influyó en sus alumnos desde una perspectiva más cercana. En sus clases aplicó la enseñanza práctica, alejada del dogma escolástico común en la época, con métodos humanistas y gran fervor patriótico.Junto a él, sus discípulos comprendieron el significado de los acontecimientos políticos para la liberación de Cuba; junto a él conspiraron y fortalecieton el ideal revolucionario.

El mentor de José Martí fue también un destacado intelectual, poeta, militante patriota, publicó artículos periodísticos en Guirnalda Cubana, Revista Habanera, el Correo de la Tarde y el Diario de La Habana, entre otras publicaciones.

Contemporáneo y amigo de personalidades como Félix Varela, José Antonio Saco y Domingo del Monte, miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País, director de la Escuela Superior Municipal de Varones en 1864, creador del colegio San Pablo en su mismo hogar, casa que también sería referencia para encuentros patrióticos y literarios.

“Prefiero recordarlo a solas, en los largos paseos del colgadizo, cuando, callada la casa, de la luz de la noche y el ruido de las hojas fabricaba su verso; o cuando, hablando de los que cayeron en el cadalso cubano, se alzaba airado del sillón, y le temblaba la barba”, afirmaría de él el Apóstol.

Dicen que los edificios guardan el misticismo de algunos seres, no sólo por la historia que preservan sus aulas, ni por el legado que encierra su nombre, ni por la añoranza que respiran sus paredes; la trascendencia de un centro forjador de maestros y que debe su esencia a vislumbrar el futuro desde los alumnos de hoy.

Poco antes de su destierro a España en 1871, José Martí le escribió una carta a su maestro, en la que le decía:

“De aquí a 2 horas embarco desterrado para España. Mucho he sufrido, pero tengo la convicción de que he sabido sufrir. Y si he tenido fuerzas para tanto y si me siento con fuerzas para ser verdaderamente hombre, solo a Ud. lo debo.

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