Por India Alejandra González Molina, estudiante tercer año de Gestión Sociocultural para el Desarrollo, Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades
Hacer por el bien de otros, es siempre una buena causa, en especial cuando esos otros son los niños, quienes también se han visto grandemente afectados por la dura realidad que trae consigo la COVID-19.
Por eso son muchos los que se sensibilizan y hallan el modo para ayudar, tal es el caso de Yaxelys Pereda Orraca, estudiante de quinto año de la carrera Derecho, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, en la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca».
«Conocí del proyecto “Todo por una sonrisa” a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICS) y me sumé, al principio con la intención solo de donar, pero ahora mismo soy una de las 15 administradoras. Me responsabilicé con la recogida de las donaciones desde la Alameda hasta el Km 8 de la carretera a Luis Lazo que es donde radico”.
A partir de su convocatoria en redes sociales y WhatsApp, muchos se sumaron, entre ellos “compañeros de estudio que han visto mis estados, y están dispuestos a donar o ayudar con lo que necesitemos. Entre ellos la mayoría de mi brigada”.
«Julio Emilio Morejón y Carlos Abreu también me han manifestado su apoyo desde la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). En realidad ha sido masivo el llamado y nuestros estudiantes se han sensibilizado con el tema”, lo que resulta una prueba irrefutable del valor humano de estos jóvenes, dignos representantes de la sociedad y el sistema que los forja con el principio de la solidaridad, además esta acción constituye ejemplo de las cosas buenas que pueden pasar en medio de situaciones difíciles.
En especial si la premisa es que “los niños son la esperanza del mundo, y todo lo que para ellos sea, es prioridad, más si el proyecto llega a los que tienen problemas de salud y se encuentran en situaciones vulnerables”.
Todo ello implica “tocar la fibra más sensible del ser humano, como estudiante y futura jurista es también un honor poder servir a los necesitados, pues el momento que nos ha tocado vivir, nos dice que nuestra trinchera es ser útiles como en toda tarea que demande amor y responsabilidad”.
Quizás sea esa la razón de que llegue hasta acá la enseñanza de el invicto Comandante Fidel Castro “lo importante es sembrar sentimientos de amor en los más jóvenes” en especial cuando se refiere a “pequeños que han sufrido mucho más el distanciamiento”, porque el resto de las enfermedades no han desaparecido y las salas del pediátrico que no se han destinado a los casos de la pandemia, continúan con pacientes, los que se han visto aislados en los centros habilitados para ello con los rigores que implica y aquellos que por diversas razones habitan la Casa de Niños Sin Amparo Familiar del municipio Pinar del Río.
Se encuentra en estos casos “una fuente de necesidades espirituales y aunque no podemos abrazarlos, ni besarlos, hacerles una fiesta, llevar payasos y magos, podemos regalarles un juguete o un libro y eso hará realidad nuestra meta: verlos sonreír”.