Foto: De izquierda a derecha Osbel Benítez Polo junto a Luis Miguel Triana/Osbel Benítez Polo
Luis Miguel Triana es profesor en la Universidad de Pinar del Río. Labora como jefe de colectivo de año académico de la carrera Ingeniería Forestal. Por la responsabilidad, cualquiera pensaría que Triana como le llaman sus allegados, tiene mucha edad; mas no, es un joven de solo 27 años.
Por segunda ocasión el lozano profesor universitario estuvo en zona roja dándole el pecho a la enfermedad de la COVID-19. A pesar de llevar a la par sus responsabilidades como docente, este carismático ingeniero forestal, está ahí, en la primera línea.
“No es una decisión fácil, estar aquí implica muchos riesgos, pero uno tiene familia, amigos, alumnos a los que cuidar, es por eso que, con este pequeño gesto, uno hace algo para minimizar la pandemia”.
Triana habla de pequeño gesto y no acaba de comprender que sus hechos son gigantescos. Para su carrera la presencia de él por segunda vez, es un hecho que habla de continuidad, de compromiso.
Como a los de su generación, les ha tocado la primera línea varias veces. Es Luis Miguel un corajudo, aunque prefiera el anonimato. Sus vivencias en el enfrentamiento a la pandemia le han marcado fuerte.
“Estar aquí otra vez es un hecho ya materializado, y en esta ocasión no ha sido nada fácil. Pudiera decir que hay muchos contrastes, de ver una familia alegre por ser negativo, y otras, niños que tienen que dejar el centro con un diagnóstico positivo, créeme eso es muy duro. Yo tengo una sobrina bien pequeña y mirar a esos niños me aprieta el corazón, es como verla a ella ahí”.
La conversación inevitablemente tiene que parar. Hay espacio para secar una lágrima grande que sale de su ojo, y uno de esos nudos en la garganta, que impide pronunciar palabra alguna.
Sus mensajes directos, no dejan margen a la duda, Triana es de los que crean y fundan. Él es de esos jóvenes que, por estos días, han cambiado las tizas por las máscaras faciales y la sobrebata, su escenario no es el aula o el campo. Ahora lo constituye un hospital de campaña en la universidad que lo integró, a la cual no le alcanzará la vida, para devolver en pago su formación.
“Yo soy un eterno agradecido. Estaré aquí una y otra vez más, las que la Universidad de Pinar del Río me necesite, si hoy puedo matricular un doctorado es por ser universitario, si hoy soy ingeniero se lo debo a esta escuela, que es más que mi vida”.
Luis Miguel Triana es profesor en la Universidad de Pinar del Río, pero más que eso es un joven con cualidades excepcionales, un amigo entrañable, un hombre íntegro, directo; un ejemplo para sus alumnos y compañeros de trabajo.
(tomado de Radio Guamá)