Luego de alcanzar un descenso sostenido de los casos positivos a la COVID-19, por estos días Cuba vuelve a experimentar un repunte en la incidencia de la pandemia, situación que se da en medio de un contexto global de propagación de la variante Ómicron, y que puede complicar el panorama epidemiológico nacional si no se detiene a tiempo el rebrote.
Aunque la Isla posee un alto por ciento de su población vacunada con un esquema completo, y los estudios apuntan a que la nueva cepa es menos letal que la Delta, varios especialistas e instituciones han advertido sobre su peligro y la necesidad de continuar cumpliendo con las medidas higiénico-sanitarias.
El científico cubano Daniel García Rivera advirtió hace unos días, a través de su perfil en Facebook, sobre la implicación de las 32 mutaciones que presenta Ómicron en su estructura.
Algunos elementos señalados fueron los siguientes:
- Nuestros anticuerpos, aquellos que generamos cuando nos vacunamos o nos enfermamos con otras variantes, son prácticamente incapaces de dar guerra, a no ser que los subamos a niveles realmente altos con dosis de refuerzo. Lo vamos a hacer, pero es un reto tener que hacerlo. Lo que estaba pensado tener que hacer al año, se ha tenido que adelantar muchísimo.
- Síntomas tan fáciles de identificar como la pérdida de olfato, que ante una ausencia de PCR era casi infalible para confirmarnos que teníamos COVID-19, ahora con Ómicron casi no se evidencia. Si antes más del 70 por ciento de los positivos identificaba la pérdida de olfato como un síntoma inequívoco, ahora solo el 10 por ciento evidencia este síntoma. Esto es una trampa de Ómicron, pues hace que confundas los síntomas, salgas a la calle y contagies.
- El test de antígeno que podíamos hacernos rápido y nos ayudaba a saber si estábamos infectados, pues ahora demora varios días más en dar positivo, es muy común, incluso, tener síntomas por algunos días y dar negativo al test de antígeno. El dar negativo en test de antígeno, a pesar de dar positivo en PCR, está siendo muy común. No caigas en la trampa, si tienes síntomas, no tienes nada que hacer fuera de casa ni visitando amigos, quédate en casa.
- Otra diferencia es que parece ser menos severo y letal, lo cual nos lleva a una confianza desmedida, sobre todo si somos jóvenes y creemos que no nos hará nada. Pero no sabemos si nuestros abuelos o padres en casa respondieron igual de bien a la vacuna y si tienen esos niveles de anticuerpos e inmunidad de células T necesarias para luchar contra Ómicron.
- Existen indicios de que afecta a los niños con mayor severidad. Aún es pronto para llegar a una conclusión, pero debemos mirar los indicios, aunque nuestros infantes mayores de dos años están vacunados y la respuesta inmune de ellos ha sido espectacular.
- En lugares cerrados, no confiarse porque llevamos nasobuco. Ante Ómicron, las medidas de protección hay que llevarlas al extremo.
- Con Cuba totalmente vacunada y pronto boosteada, “reitero que creo que podremos aguantar el golpe de Ómicron que se nos viene, pero insisto aún más en que es irresponsable no cuidarse y no hacer caso a las evidencias científicas”.