Por: MSc. José Madera Medina. Profesor del Departamento de Historia y miembro de la Cátedra Martiana. UPR.
Un día antes de caer en combate el 19 de mayo de 1895 el Héroes Nacional cubano y apóstol de la independencia de Cuba, José Martí Pérez escribió su última carta con fecha 18 de mayo de 1895, constituida en su testamento político. En ella expresó:
“Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber – puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantaran dificultades demasiados recias para alcanzar sobre ellas el fin.”
Al día siguiente, el 19 de mayo José Martí cayó en combate en Boca de Dos Ríos, en la antigua provincia de Oriente.
Este mes de mayo de 2022 se conmemoran el 127 aniversario de la caída en combate de José Martí Pérez, Mayor General del Ejército Libertador cubano, e igual aniversario de la carta inconclusa de éste a su gran amigo mexicano Manuel Mercado, escrita un día antes, el 18 de mayo. Carta que se convirtió en su testamento político por ser la última vez en que dejó expresada con clara convicción política y patriótica el por qué y para que había luchado toda su vida.
La trascendental carta escrita el día 18 de mayo y la posterior caída en combate el 19 de mayo de 1895, se constituyen en dos acciones o contenido de un mismo y trascendental hecho histórico de una acción patriótica consciente. En ambas fechas y contextos se expresan en la letra y su espíritu del documento, y en la necesaria acción, que debe acompañar a toda palabra, según el propio Martí, al expresar que “la palabra no es verdad, sino va acompañada de la acción”, se expresa la vital dialéctica expuesta, especialmente en el sentido práctico, y sobre todo ético, del decir y del hacer. Él no se contradijo, lo hizo, “evocó la guerra necesaria y a ella fue” a vencer o a morir por sus ideas y por su Patria. Lo hizo sustentado en una clara concepción patriótica, independentista, antiautonomista, antianexionista, antimperialista, y de profundo latinoamericanismo.
Todo lo hecho por José Martí, lo hizo cargado del más puro y alto humanismo .A la vida de este inmenso , se le suman grandes méritos como pensador y ejecutor de ideas, y de sueños realizables , atributos o cualidades que le confirman, sin ninguna duda, como “el más genial y universal de los cubanos”, a decir de nuestro Comandante en Jefe , Fidel Castro Ruz, y como expresó, o lo definió la intelectual y poetisa chilena ,Gabriela Mistral :”el hombre más puro de la raza”; al que también el gran argentino Ezequiel Martínez Estrada, lo definió como, “el faro que mejor nos guía”.
José Martí, fue un genial hombre, un patriota sin par, que siempre actúa como pensó, y lo hizo con altos sentimientos humanistas, concretando su propia concepción de que “Patria es humanidad”.
Cuanto hizo “en silencio” y planteó hacer siempre el Apóstol de la independencia de Cuba, era luchar para “… impedir con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América. Este pensamiento y acción adelantada y precursora del más alto antimperialismo, lo resalto por su trascendental importancia y vigencia frente a lo que ocurrió precisamente con Cuba en 1898 y en 1902 y lo que desde entonces viene ocurriendo con la política y actitud imperial de los EE. UU contra América Latina, el Caribe y el mundo. Como lo había preconizado en textos anteriores y lo ratificó con meridiana claridad y fuerza el 18 de mayo en la referida carta antes de caer en combate el día 19 de mayo hace exactamente hoy 127 años aniversario de la inolvidable efeméride y que debemos recordar, no solo todos los martianos ,sino también todos los cubanos y revolucionarios de Cuba y del mundo y rendirle el merecido homenaje al “más grande de todos los cubanos” y ¿ por qué no decir de toda la América?, por el legado y vigencia de su pensamiento, de sus escritos y de la acción y una ética revolucionaria insuperable .
Al conocer de su muerte el 19 de mayo de 1895, la invaluable pérdida conmocionó a todos los patriotas ,a sus amigos , a intelectuales y a políticos que le conocieron y valoraban la dimensión política de su pensamiento y de su acción, y por lo tanto de la grandeza de este gigante del pensamiento, la acción y la ética, incluso reconocieron, la terrible pérdida adversarios políticos, como lo fue el propio coronel español Ximénez de Sandoval, que dirigió las tropas en el combate de Dos Ríos donde cayó el Apóstol. Entre los amigos se destacan el generalísimo, Máximo Gómez, y el Mayor General Antoni Maceo, figuras cimeras de la Revolución y de la “guerra necesaria” que Martí había organizado y dirigía en el momento de su caída en combate.
Por su importancia, y quizás por ser poco conocida, recurro de nuevo a algunos fragmentos de los criterios expresados el día 23 de mayo, por Charles A. Dana, amigo y editor de José Martí, director del periódico norteamericano The New York Sun, donde Martí fue un importante colaborador por largos años. A. Dana, publicó en el mencionado periódico sobre José Martí y su irreparable pérdida en 1895:
“…Fue hombre de genio, imaginación, de esperanza, y de coraje (…) Su corazón era cálido y amoroso; sus opiniones, ardientes y ambiciosas, y murió como un hombre así había deseado morir batallando por la libertad y la democracia (…) Honor a la memoria de José Martí, y paz a su alma viril y generosa”.
Su muerte no es verdad, para él ni para los caídos como él han caído a lo largo de nuestra historia patria. Es verdad lo que el mismo definió sobre el acto de morir por una idea justa: “La muerte no es verdad, cuando se cumplido bien la obra de la vida”, y él, como recordamos en este aniversario de su muerte, cumplió excelentemente la obra de la vida. Su muerte no es verdad, y no es retórica, o ficción ideológica ,sino una interpretación basada en la dialéctica de la materialidad y de la espiritualidad humana .A partir de ese día ,José Martí se consolidó en consagración ganada sin proponérselo, como el Héroe Nacional de Cuba, cómo el Apóstol de su independencia, como el Maestro, no solo por sus ideas , ejercicio y dotes como pedagogo , sino porque es el mentor espiritual de los cubanos ,por pensar y actuar más allá del decir, por ser un hacedor y fundador ,por constituirse en ejemplo preclaro de y ético del actuar más correcto ,en acompañamiento esencial del pensar como el mismo expresara, que: ” …la mejor forma del pensar es el actúa ”, así como su convicción ética de “que lo que importa es hacer, aunque no se vea quién haga”.
“¡Oh Maestro, ¡qué has hecho!”, expresó su amigo el poeta nicaragüense Rubén Darío, al conocer de su muerte en combate, y en exaltado panegírico abundó el destacado poeta: “El cubano era un hombre. Más aún: era como debería ser el verdadero superhombre; grande y viril; poseído del secreto de su excelencia, en comunión con Dios y con la naturaleza”.
Los restos de José Martí reposan definitivamente desde 1947 en el “Retablo de los Héroes” en cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba a donde llegaron en cinco acciones de inhumación-exhumación e inhumación definitiva en su largo proceso, desde la primera vez realizada el 20 de mayo de 1895 en el cementerio de Remanganagua. Pero su última acción de sepultura oficial ya en republicana terminó en su quinta y última vez realizada con solemnes homenajes el 30 de junio de 1951 en un histórico mausoleo erigido a su figura como memorial del propio cementerio donde sus restos descansan definitivamente desde entonces.
La Revolución triunfante de 1959, se ha encargado de enaltecer a Martí, no solo e la grandeza y vitalidad del Mausoleo en el Retablo de los Héroes ,con la incorporación de la llama eterna que le vivifica y lo ilumina ,sino con las más amplias expresiones de los valores que atesoran su pensamiento y acción, que por sí solo ,son la luz y el faro que nos guía .Existe una sencilla ,pero sustancial frase de quien es su más fiel intérprete y seguidor ,Fidel Castro Ruz ,la cual sintetiza la idea de referencia y que el fondo sustenta este homenaje , de que José Martí “fue “el autor intelectual del Moncada”, es decir , “el autor intelectual de la Revolución”.
Hace 127 años tres balas enemigas acabaron con la vida del más genial y universal de los cubanos, su muerte solo fue física, no pudieron acabar con él, pues moral y espiritualmente se inmortalizó. Ese día volvió a nacer, quien había nacido 28 de enero de 1853 en La Habana ,42 años atrás.
A su ejemplo no lo pudieron, ni lo pueden matar, ni con mentiras o intentos de que el mundo lo ignore y desconozca con campañas provenientes de EE. UU, país donde vivió mucho tiempo y conoció y estudio a profundidad. Al que le criticó con mano dura y a la vez piadosa cuando el caso lo ameritaba, siempre de forma sincera; así lo elogió en sus virtudes y criticó en sus profundos y avallasadores defectos, ejerciendo el derecho humano inalienable del criterio y del pensamiento enaltecedor. A este país incluso pidió y convocó a, “salvar la gloria dudosa conquistada”, al expresar con claridad y objetividad y belleza en 1893:
“El norte ha sido injusto y codicioso; ha pensado más en asegurar a unos pocos la fortuna, que en crear a un pueblo para el bien de todos …”-No se equivocó en Apóstol en esa aseveración-.
Ya en 1891 había expresado: “Creen en la necesidad, en el derecho bárbaro como único derecho: Esto será nuestro, porque lo necesitamos. Creen en la superioridad incontrastable de la raza anglosajona contra la raza latina. Creen en la bajeza de la raza negra que esclavizaron ayer y vejan hoy, y de la india que exterminaron…”-Tampoco se equivocó el genial cubano en este otro certero criterio-.
No pudo, ni de puede ninguna bala enemiga matar el ejemplo de José Martí. Así así lo demuestra la historia, no solo de Cuba, sino también la historia universal, en estos 127 años de su desaparición física.
Como todo buen cubano que creo ser llevo también un Martí dentro, al Maestro, al pensador, al humanista y al revolucionario todo, siempre ética, que supo morir como predijo y quiso, con los pobres de la tierra”, y “de cara al sol”.
A manera de epílogo digo y me inspiro con palabras retomadas de nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro expresadas el 22 de diciembre de 1972:
“José Martí, guía y apóstol de nuestra independencia contra España, nos enseñó ese espíritu internacionalista que Marx, Engel y Lenin confirmaron en la conciencia de nuestro pueblo. Martí pensaba que “patria es humanidad”, y nos trazó la imagen de América Latina unidad frente a la otra América imperialista y soberbia,” revuelta y brutal “que nos despreciaba.”
Ello demuestra lo presente y vigente del pensamiento martiano y su conexión de forma dialéctica con el pensamiento Marxista Leninista y sus posibilidades de aplicación en la Revolución cubana de 1959 continuadora de la obra inconclusa de José Martí por su temprana desaparición física a los 42 años de edad hace exactamente 127 años este 19 de mayo.
el 19 de mayo de 1895 a la vez que fallecía físicamente José Martí, nacía y se cimentaba el Héroe Nacional de Cuba a la vez que el apóstol de su independencia y con ello se comenzaba a cumplir su propia profecía poética de que:
“La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”
¡Viva José Martí, nuestro Héroe Nacional, nuestro Apóstol, nuestro Abdala, quien, desde casi un niño, a los 16 años ya defendió a su madre patria, a Cuba, a su Nubia en su poema dramático de igual nombre! ¡Nuestro David que derrotó al gigante Goliat!, el José Julián Martí, quien, no fue un “capitán araña”; evocó la guerra necesaria, la organizó, la inició y murió en ella “de cara al sol” y “con los pobres de la tierra” como siempre, quiso; y a los que siempre amó y por quienes luchó y murió.