Por Edenia Abreu Hernández
Esta vez, y luego de 60 años, el primer amanecer del mes de mayo no estará, como de costumbre, colmado de la algarabía y alegría de los trabajadores pinareños celebrando, en la calle Martí, el Día Internacional de Trabajadores.
Para muchos, como yo, recién graduada y dispuesta a celebrar y disfrutar con mis compañeros por primera vez como trabajadora, no habrá música por doquier ni desfile multitudinario. Tampoco tribunas rodeadas de grandes concentraciones, ni pancartas coloridas en las calles en manos de la multitud. Sin embargo, este año será diferente, pero especial: sustituiremos las avenidas y arterias principales de Cuba por nuestras casas.
Bajo la consigna “Por Cuba: unidos venceremos” conmemoraremos el día del proletariado desde nuestros hogares y en familia, conscientes de que el aislamiento social en tiempos de pandemia será nuestra mejor arma de combate.
Esta alternativa no debe disminuir nuestro entusiasmo común por la fecha, al contrario, desde casa y acompañados por nuestros seres queridos más cercanos y vecinos podremos celebrar con diferentes iniciativas que demuestren el apoyo de los cubanos a las medidas del Gobierno contra la Covid-19, en fin, a la Revolución.
Sin dudas, este será un Primero de Mayo inolvidable por sus peculiares características; podremos recordarlo como uno de esos momentos donde la unidad y la responsabilidad contribuyeron a la victoria de una batalla más de nuestro pueblo.
Provechosa también será la oportunidad para homenajear desde casa a todos aquellos que laboran día y noche para la contención de la enfermedad en Cuba y atienden a aquellas personas que la padecen.
Este viernes Primero de Mayo hagamos estremecer nuestros barrios con el ya conocido aplauso de las 9:00 pm, sumemos un motivo más a ese espacio de agradecimiento y celebración general, hagamos de nuestras casas nuestra plaza.
