Varios son los mensajes de apoyo psicosocial realizados por los psicólogos pinareños desde la consultoría online que se habilitó para acompañar al pueblo en estos tiempos de pandemia.
En esta ocasión nos gustaría compartir con ustedes el de las doctoras M.Sc. Alina Rivero Brito y M.Sc. Zoraya Coro Carrasco, ambas Especialistas en Psicología Infantil del Hospital Pediátrico de Pinar del Río “Pepe Portilla”, dedicado a los padres, en el cual se muestran algunos ejes de análisis y recomendaciones para el abordaje integral de la situación en la atención al niño y la niña.
Por M.Sc. Alina Rivero Brito (Psicóloga, Especialista en Psicología Infantil Hospital Pediátrico de Pinar del Río alinam@infomed.sld.c)
M.Sc. Zoraya Coro Carrasco (Psicóloga, Especialista en Psicología Infantil Hospital Pediátrico de Pinar del Río leovaldo@infomed.sld.cu)
En estos tiempos en que los padres estamos sobrecargados de tareas y preocupaciones, la cuestión de cómo educar a tono con las nuevas exigencias se convierte en un reto y un desafío, más para los que conscientemente queremos desarrollar esta función. Sin lugar a dudas, vivimos situaciones actuales relacionadas con el enfrentamiento a la pandemia del Coronavirus que impacta en todos los ámbitos de nuestra vida social, interpersonal y familiar y en este espacio específicamente, en la dinámica de relación con nuestros hijos, ¿cómo sortear la situación con ellos, cómo hacerles ver la importancia de lo que está pasando y cómo enseñarlos a comprender las medidas a tomar? Son algunas de las preguntas que podrían surgir.
Muchas son las frases que escuchamos…este niño no hay quien lo controle, no entiende nada, no hallo forma de entretenerlo etc. Lo cierto es que todos tenemos que aprender en esta nueva situación pero los padres (educativamente hablando) no pueden salirse de su rol en la satisfacción de las necesidades materiales y psicológicas de los niños.
Una de las primeras enseñanzas que esta realidad nos ha impuesto es la necesidad de formar en nuestros hijos la habilidad del autocuidado de su salud. Esta es una de las competencias psicosociales que el niño tiene que desarrollar y para ello depende de nuestra influencia educativa y aquí se deriva una pregunta responsable,¿somos los adultos modelos en este aspecto? Otro cuestionamiento estaría en el orden si podemos hacerlo sin levantar grandes ansiedades y miedos y, además, adecuarlo a la edad de cada uno en particular.
Los adultos contamos con la madurez suficiente para crear percepción de riesgo, pues nuestro desarrollo psicológico nos permite valorar las amenazas de determinada situación y el consecuente grado de vulnerabilidad que pudiésemos tener ante cualquier padecimiento, pero en los niños esta cuestión va unida al desarrollo de su personalidad y por ende está sujeto a un proceso de formación que poco a poco se sucede según la edad.
Aquí radica otro punto de análisis ya que en lo relativo a conductas de salud si no nos sentimos intimidados, no seremos capaces de llevar a cabo acciones de salud para evitar aquello en lo que no creemos, por tanto cómo abordar e informar a un niño sobre algo que le es desconocido y muy distante de su mundo. Esto es susceptible de un aprendizaje.
Es básico recordar que la familia es el principal agente socializador, que unido a todas las experiencias de vida en ella también se dan las prácticas más cercanas relacionadas con la salud y ella formará parte de la manera en que después cada niño se autorregule en este sentido. Por tanto, creencias erróneas, costumbres perjudiciales para la salud, prejuicios también pueden llegar a regular el comportamiento de un niño, de igual manera que aquellas acciones en que se les favorezca la información y las acciones positivas para el autocuidado.
Otro aspecto sería que los niños no tienen desarrollados los recursos psicológicos necesarios, estructurados para afrontar las demandas del entorno, haciendo una valoración de lo que está sucediendo incompleta o distorsionada por influencias en muchos casos inadecuadas de los adultos, sumado, además, al desarrollo intelectual todavía en formación. Este tiene que ser otro punto importante de partida de nosotros los padres para poder entenderlos.
Estimados padres, estos son algunos ejes de análisis para el abordaje integral de la situación en la atención al niño, compartamos algunas recomendaciones para encontrar posibles vías de encauzar esta problemática en los tiempos de hoy.
A continuación te ofrecemos algunas sugerencias en este sentido:
- Hablar con los niños de manera concreta sobre lo que está sucediendo, intentando siempre primero explorar sus dudas para en esa medida ir nosotros aclarando. Auxíliate de ejemplos de la naturaleza si son niños pequeñitos.
- Explicarle qué acciones concretamente ellos pueden realizar para cuidarse, en este sentido naturalizar el autocuidado como acción básica a desarrollar en otras cuestiones con la higiene dental, el sueño, la dieta saludable,etc. .Haciéndolo primero desde sus propias opiniones, sin excesos de información, centrándonos en cómo se debe actuar. Evita el “no puedes hacer… cámbialo por el… “es importante que hagas….. “(Intentando siempre negociar con el niño).
- Evitar historias dramáticas no enfocadas desde las pérdidas, ni en frases catastróficas y menos mostrar un descontrol emocional delante de ellos al hablar del tema de la enfermedad.
- Mantenerlos ocupados, no violando la rutina habitual de vida en cuanto a los hábitos fundamentales: sueño, alimentación, juego, higiene, tareas escolares. Proponle tareas cortas donde puedas estimular los pasos que van dando.Los niños tanto como los adultos requieren mantener espacios de juego y divertimento que promuevan emociones positivas.
- Controlar otras fuentes de estrés, porque sin lugar a dudas la situación que se vive actualmente puede ser considerada estresante para la gran mayoría, la diferencia con los niños es que ellos no pueden hacer una evaluación integral de la misma y no considerarla por tanto amenazante, pero no obstante hay que evitar otros estresores como discusiones, maltratos, conversaciones no adecuadas frente a ellos.
- Finalmente les exhorto a que observen aquella señales de cambio en el comportamiento, muchas veces estos son la expresión de su respuesta emocional dígase algún desajuste emocional.
Pensemos un poco como ellos ….Que rico que mi familia este todo el día conmigo …………pero entonces porque no hacemos más cosas juntos ….eso queda pendiente para otra escuela para padres …..
Es cierto que son más tareas que tenemos que hacer los padres, que se suma a la larga lista de otras tareas pero al principio hablé de tomar conciencia, de que esta situación exige cambio de actitudes o de asumir nuevas si queremos llevar el control de la misma con nuestros niños. Recuerde que cuando tenemos la sensación de tener las cosas bajo control estamos más relajados.
Párese frente a sus niños, obsérvelos muy bien, mírelos en su juego y el disfrute del mismo diviértase y ría con ellos y crea que no hay terapia mejor.