Entrevista a la Dr. C Orsiel Henández Aguila, ganadora del Premio Nacional al Jurista Joven “José Garcerán de Vall Vera” 2019, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, y del Premio Joven Investigador que confiere la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
Por Elizabeth Colombé Frías
Desde 2007 la Dr. C Orsiel Henández Aguilar, graduada de Licenciatura en Derecho, en la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, atesora premios y reconocimientos de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), la Unión Nacional de Juristas (UNJC), de la Sociedad Cubana de Derecho Mercantil, en concursos, eventos, fórums… hasta completar una lista casi redundante por su extensión.
En 2019, Hernández Aguilar obtuvo el Premio Nacional al Jurista Joven “José Garcerán de Vall Vera”, de la UNJC y el Premio Joven Investigador que confiere la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) a nivel nacional y, asegura, que estos lauros son testimonio del valor que tiene el esfuerzo.
Hoy, a sus 35 años de edad, se califica como una eterna inconforme en su labor profesional.
¿Los premios llegan con el trabajo diario o se los propones como meta?
Varían según el caso, en ocasiones salen de iniciativas y valoraciones de terceros –no se postula uno mismo, como este de la UNJC-, en otros, como casi siempre ocurre, con resultados de investigaciones, se decide optar por ellos.
Sin embargo, en ningún caso son espontáneos. Sin trabajo que lo respalde, no hay posibilidad de premios.
¿Qué le impulsa seguir en la actividad académica?
El ejemplo de mis profesores y colegas, en primer lugar. Soy el fruto de una dinámica de superación diaria que resulta inspiradora.
Luego, están otras motivaciones: la curiosidad perenne, la inconformidad con lo alcanzado, la necesidad de probar que se puede hacer más, el compromiso con los que vienen detrás de avanzar en el camino que les vamos a dejar…
¿Cómo vincula la labor de docente con el de la investigación?
Para impartir clases es preciso conocer, lo más profundo que se pueda, aquello que se enseña. Por eso la docencia está asociada, forzosamente, a la búsqueda de saberes nuevos y a la actualización continua. Es un proceso natural.
¿Qué le satisface más profesionalmente?
Percibir que lo que hago es útil. Apreciar que mis estudiantes crecen como personas y como profesionales y formar parte de ese crecimiento.
¿Qué demanda más de su tiempo?
Vivimos en una época en la que el tiempo se vuelve escaso, es un recurso precioso. Nunca me parece suficiente para prepárame como quiero, leer lo que tengo pendiente, investigar y escribir sobre todo lo que me interesa.
Administro cada minuto lo mejor que puedo, pero al final todas las actividades se llevan su cuota y siempre falta oportunidad para atender todo lo que está por hacerse.