Entrevista a María Ofelia Armas Álvarez, fundadora de los estudios de Educación Superior en la Pinar del Río
Por Edenia Abreu Hernández
María Ofelia Armas Álvarez es una de esas profesoras especiales que queda en la memoria de los estudiantes para toda la vida y que, a pesar de los años y el cansancio, siempre tiene una sonrisa y está dispuesta a atender afablemente a quienes se le acercan.
Esta experimentada docente comenzó en el sector de la enseñanza media en el año 1974. Posteriormente, en el año 1978 se incorporó al inicio del curso 1978-1979, que abrió la entonces Filial de Cultura Física, ubicada en los locales de la conocida Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF), se inician así los estudios superiores en la carrera de Cultura Física.
“Yo comencé dando clases ahí, en ese entonces se trabajaba solo la modalidad de curso por encuentros porque los estudiantes eran atletas y, por tanto, era un grupo reducido y también éramos pocos los profesores que nos habíamos formado para esa tarea”.
Para septiembre del año 1988 se crea la Facultad de Cultura Física y se suma la modalidad de curso para atletas, que combinaba los estudios y el deporte en el mismo centro. Todas esas etapas de transformación fueron vividas de cerca por María Ofelia, quien recuerda con nostalgia cómo se fue transformando poco a poco la EPEF en Facultad, en un inicio adscrita al Instituto Nacional de Cultura Física, radicado en La Habana.
“Formar parte de esos inicios de la Enseñanza Superior en la provincia fue una escuela para mí. Yo comencé muy jovencita, tenía en ese entonces 19 años y empecé a darle clases a atletas que me doblaban la edad, muchos de ellos, eran trabajadores consagrados del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación. Fue un proceso complejo adaptarme a la situación y lograr el respeto que se requería”.
La experimentada docente asegura que impartir clases en esa especialidad es algo muy peculiar, porque los estudiantes de Cultura Física, en su mayoría, atletas, aman el deporte, aman aquello que mejor saben hacer y lo defienden sobre todas las cosas y, llegar frente a ellos a impartir docencia, aspecto no prioritario para ellos, es todo un reto.
“Lograr que se enamoren de la parte teórica de su perfil, lograr atraerlos, motivarlos y captar su atención es bien complejo. La verdad es que se deben hacer maravillas para engancharlos, pero creo que eso fue lo más motivador para seguir en ese camino y superarme cada día”.
“Cuando pienso en mi trayectoria y en lo que he logrado, siento un orgullo, una emoción que no podría describirse en palabras, ver crecer frente a ti el resultado de tu esfuerzo y darte cuenta de que valió la pena cada momento de entrega es algo maravilloso y agradezco a la vida por eso”.
Al preguntarle sobre las glorias del deporte pinareño con las que ha trabajado desde la docencia, la profesora recuerda con especial cariño a Jorge Fuentes, mentor más ganador de la pelota cubana; a Julio Romero y a Pedro Damián Pérez Dueña, entre otros.
También recuerda con especial cariño a quienes una vez fuero sus estudiantes y han llegado a ser decanos de la Facultad.
“A cada rato me encuentro en la calle a quienes fueron mis estudiantes; otros me visitan siempre que pueden. Y la verdad solo han tenido palabras hermosas y agradecimientos eternos al dirigirse a mí. Eso es muy bonito”.
A sus más de cuarenta años de experiencia, al preguntarle a la veterana docente sobre su opinión respecto a lo que puede estar limitando la correcta función de la enseñanza superior en la provincia, refiere:
“En mi opinión, hoy a la Educación Superior de la provincia le hace falta más preparación. Se necesita a los jóvenes para impulsar a la nueva universidad y sin preparación eso no rendirá los mismos frutos. Por supuesto, esos estudios deben marchar ligados al respeto mutuo entre el estudiante y el profesor; creo que eso es un aspecto fundamental y hoy en día la vida que se lleva puede tender en algún momento a olvidar esos detalles que marcan la diferencia”.
“Y a los jóvenes universitarios solo les pediría amor, respeto y entrega a la profesión que escogieron”.
