Por Osbel Benítez Polo (tomado de su perfil de Facebook)
Ya son seis días en el hospital de Campaña de la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca» , seis días de amor, mucho trabajo, entrega, de crear amigos, de enseñanzas, aprendizajes y sacrificios.
Cada jornada aquí es intensa, no hay tiempo casi para el descanso, pero los ratos libres son siempre para el dominó, los análisis del día, la preparación de la próxima jornada, los juegos entre nosotros, las bromas.
¡Qué sería de los que aquí vivimos sin esos momentos! Hemos consolidado una familia grande, entre médicos, enfermeros, personal de apoyo y los voluntarios.
Cada día recibimos muchos mensajes de aliento, de fuerza, de esperanza que reconforta. Cada jornada es un canto a la vida, es un desafío a la pandemia, es un serio compromiso con el cumplimiento a las medidas de bioseguridad. Cada jornada es también un nuevo escenario para reconocer a nuestro público, que en este caso son los pacientes, en su mayoría agradecidos.
Somos 8 seres humanos imperfectos, pero comprometidos, somos 8 universitarios que no pretendemos ser héroes, mas la heroicidad nos circunda cuando nos vemos, en plena faena, dando muestra de lo que puede hacer la juventud. Y digo juventud porque, hasta Benito que excede los 40 años se siente así.
Enfrentamos cada reto unidos, ayudándonos unos a los otros.Ya hoy se cumplen seis días de estar aquí, en plena zona roja, no hay miedo; eso sí, mucho compromiso, amor por Cuba que es lo importante. Amor por la vida y más que eso deseos inmensos de acabar con esta terrible enfermedad, con el dolor de dejar a los tuyos, con la desesperación por el atraso de un PCR, con la preocupación de un país. Son seis largas jornadas pero vale y valdrá la pena siempre haber asumido la experiencia, vale la pena servir, ser útil. Estos días aunque más tranquilos por la poca presencia de pacientes, son provechosos para analizar también, cuanto hace este país imperfecto pero único, por salvar la vida y evitar dolor a los enfermos.
Son ya 144 horas dedicadas a una noble causa. Habrá que contar luego en el aula, a nuestros alumnos lo que muchos voluntarios como nosotros hicieron para que CUBA pasará feliz a la nueva normalidad. Seguirá siendo esta experiencia, otra nueva sensación del deber cumplido, de estar ahí donde somos más útiles, donde podemos apoyar más.
