Por Edenia Abreu Hernández
Con apenas 21 años Mónica Matos Giralt ya ha recibido en varias ocasiones el reconocimiento Agricultura Familiar que otorgan la Federación de Mujeres Cubanas y el Consejo Popular, por el aporte económico- social en su lugar de residencia, el km 91 de la carretera a La Conchita.
Esta joven, estudiante del cuarto año de Geología en la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, se sumó, en tiempos de pandemia, al llamado de las máximas autoridades del país respecto a la siembra de terrenos ociosos en nuestros hogares.
“Mi papá es campesino y ya sembraba algunas cosas hacía un tiempo, pero me embullé en este período inactivo de pandemia y lo animé a sembrar nuevos productos. En un pedazo de patio que nos quedaba libre sembramos tomate, pimiento, acelga, ají, maní y habichuelas”, afirmó.
Mónica asegura que sin dudas la carrera que cursa le ha ayudado mucho para auxiliar a su papá con técnicas y conocimientos necesarios que permiten mejorar la producción familiar y, de esta manera, servir a vecinos de la zona.
“Algunas asignaturas en mi carrera son bien importantes como guía para sembrar cualquier producto, como la hidrogeología, que me enseñó el cómo y porque mantener vivo el suelo y saber identificar cuando un terreno está en condiciones óptimas para sembrar. Los conocimientos sobre suelos, rocas y materias orgánicas que aplico en lo que hago en casa son la clave para una producción segura”, agregó.
El pedazo de patio que esta joven universitaria puso a producir ha sido el sustento de su familia durante los complejos tiempos que se viven. El aporte económico que ofrece la tarea y los beneficios sociales que caracterizan los resultados del trabajo en el campo son motivo para celebrar desde la distancia un aniversario más del Día del Campesino Cubano.