Por Glendy Hernández Arozarena
En días normales, como los que vivimos hace dos años, en los que el nasobuco no era prenda imprescindible y saludarnos de abrazo era algo necesario en el día a día, Abel Blain Carricarte, era solo un joven profesor de Historia Universal del Departamento Marxismo Leninismo e Historia, de la Facultad de Educación Media.
En días de pandemia, como los que vivimos por estos días y desde hace dos años, cambió la docencia por ser útil en la zona roja. Ayudar a salvar vidas es su nueva profesión.
«Trabajar en zona roja en los Hospitales de Campaña de la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saiz Montes de Oca», significa un reto importante para la vida, pues en todo momento tienes que enfrentar ese sentimiento de miedo a enfermar de la Covid y hacer la estancia de los pacientes en el centro de aislamiento lo más placentera posible.»
Dista mucho su rutina actual de la dinámica de pizarra, tizas y alumnos en las aulas; sin embargo, cada experiencia, aunque diferente, nutre.»Dentro de las diferentes labores que desempeñan los voluntarios de zona roja, tiene un rol fundamental la limpieza e higienizacion de las instalaciones , la adecuada distribución de los alimentos y el desarrollo de la mensajería, hay funciones de carácter subjetivo que cristalizan el alma humana, la solidaridad, el altruismo y la bondad que emana de cada ser humano partícipe en cada una de estas largas jornadas.
«También hay experiencias similares a la docencia: convivir con el otro, aprender, enseñar, compartir, crecer…
«El equipo de trabajo se caracteriza por el respeto y la unidad entre todos, siempre limando las asperezas que puedan acaecer en las diferentes circunstancias del trabajo. Indiscutiblemente las labores en las zona roja contribuye a la formación profesional pues aumenta la percepción de riesgo con respecto a esta enfermedad y el conocimiento con respecto a la evolución de la Covid 19, eleva la calidad humana y enciende los latidos de los corazones que a todo galope, en la distancia de los seres queridos siempre quiere entregar mucho más.»
«Uno de los episodios más conmovedores fue la paciente pediatra de 4 años llamada Eliani que trabajando en el Hospital de Campaña de la Sede Central, nos recibía siempre con la frase «ahí viene la papa», además de querer ser la pantrista del cuarto, en todo momento Eliani nos recibía con una sonrisa o algún gesto de cariño que conmovía nuestros corazones.
«La experiencia de vida en zona roja sin dudas acompañará a todos los estudiantes y profesores vinculados a la hermosa tarea de enfrentar el miedo para ser útiles a otros; es la esencia de los valientes de estos tiempos de covid y de otros tiempos, cuando la misión era formar el futuro de esta Isla.
📸Cortesía del entrevistado