El 11 de noviembre de 1975 luego de una intensa lucha política y de resistencia a la opresión Angola logró independizarse definitivamente de lo que más adelante fue considerada una de las guerras de independencia más largas de África (1961-1975) en la que los ciudadanos, cansados de la colonización, combatieron al imperio portugués, impulsados por los movimientos independentistas que buscaron rescatar a un país codiciado por los europeos.
A 47 años ya de ese suceso estamos convencidos de que más que una independencia ganaron hermanos. Los estrechos lazos forjados entre Cuba y Angola superan cualquier distancia y cualquier hecho que pueda saltar a la vista de algunos como diferencias.
La joven Isabel José Ferreira, estudiante angolana que reside en Cuba hace varios años es fiel ejemplo de una hermandad que no entiende de fronteras, y como ella, cientos de angolanos que se han formado en nuestra Casa Grande y que forman parte de los 1299 estudiantes extranjeros graduados en la Universidad de Pinar del Río como parte de los convenios de cooperación entre universidades internacionales.
Isabel, estudiante de Ingeniería Informática, lleva casi cuatro años formando parte de nuestra comunidad universitaria y asegura que su experiencia como estudiante de la UPR ha sido muy positiva, después de haber cursado estudios durante un tiempo en la Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae) estar en la UPR comenta, le ha permitido unir varias experiencias de dos instituiciones académicas cubanas que han contribuido no solo a su formación como futura profesional, sino también al crecimiento personal en valores, que asegura, serán pilares en el desempeño futuro de su vida como profesional.
Según la joven angolana «lo que tiene de común nuestra provincia de Pinar del Río y la Universidad con Angola, es la alegría y la fuerza de voluntad en su gente, además de contar con personas amables, acojedoras y humanistas».
Otra de sus casas ha sido sin duda alguna la Federación Estudiantil Universitaria de nuestra Casa de Altos Estudios, en la que Isabel forma parte como miembro de su secretariado en la Facultad de Ciencias Técnicas, ocupando el cargo de Organizadora y atención a las relaciones internacionales.
«Mi experiencia en la FEU es bastante positiva y prestativa, desde el primer momento que me incorporé en esta organización fui bien acojida por sus miembros, la FEU ha sido una escuela para mi, donde he podido compartir momentos extraordinarios y sin precendentes».
«Lo que más me ha impactado en esta organización son las tareas de impacto social, actividades productivas donde hemos aprendido hasta como se siembran ciertos productos, algo que no sabía y que fue para mi importante. Los intercambios de experiencias con estudiantes de otras universidades del país en los que incluso he podido presentar un baile típico de mi origen denominado Mkembo que traducido al español significa alegría, ese día me quedé bastante feliz porque las personas empenzaron a bailar comigo lo mismo los niños y jovénes que los adultos. Aquello para mi fue un momento único», agregó.
Para la joven participar en las recientes actividades del X Congreso de la FEU, asociadas al centenario de la organización fue algo excepcional que en sus palabras «siempre quedará en mi recuerdo».
Hoy, es fecha tan importante para Isabel y para sus compañeros angolanos, recalca que «no importa donde esté, siempre seré Angolana con todo el orgullo, mi patria estará en mi y la representaré en cualquier canto donde esté con mi actitud, estilo y vestimenta típica. Siempre la llevaré en mi corazón».