Por José A. Díaz Duque
Departamento de Geociencias. Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae)
La Filial Universitaria de Minas de Matahambre (FUMM) fue creada en 1972 por iniciativa de la entonces Facultad de Tecnología de la Universidad de La Habana, en coordinación con la Universidad de Oriente, con vistas a
materializar el principio esencial de la educación cubana y el estudio- trabajo en una zona de gran potencial y desarrollo minero.
Se trataba de una experiencia singular, por involucrar a dos universidades en las cuales se estudiaban tres carreras afines a las Geociencias: Ingeniería Geofísica en la Cujae, e Ingeniería de Minas e Ingeniería Geológica en la Universidad de Oriente.
Hay que recordar además que la carrera de
Licenciatura Geológica se había iniciado en Cuba por la Universidad de la Habana en el año 1962, y
posteriormente se había decidido unificarla con
Ingeniería Geológica creada en la Universidad de
Oriente años más tarde. De esta manera, ambas
universidades poseían experiencias y conocimientos para poner en práctica una idea esencial del pensamiento pedagógico cubano que vinculaba el estudio con el trabajo.
La matrícula de la FUMM se compuso inicialmente con aquellos alumnos que habían manifestado interés en las tres carreras mencionadas, y que eran residentes en la parte occidental y central del país. Sin embargo, dado su número reducido se incorporaron también los alumnos de las carreras de ingeniería que residían en Pinar y Matanzas, ahí se incluían esos alumnos que habían matriculado en las ingenierías Química, Mecánica, Industrial, Eléctrica y Civil, para que cursaran su primer
año en Matahambre y luego continuarían en la Cujae.
Este primer año serviría para realizar cierto trabajo vocacional con ellos para que siguieran
estudiando las carreras de Geociencias que estaban planificadas para la FUMM. Además de los alumnos del curso regular, se conformó un grupo de estudiantes vinculados a la producción y que residían esencialmente en los
poblados de Minas de Matahambre, Santa Lucía, Viñales y Puerto Esperanza.
Estos alumnos eran técnicos en Geología, Minería y Geofísica, que trabajan en la Empresa Minera de Occidente (EMO), la Empresa de Geología de Pinar del Río (EGPR) y la Fábrica de Sulfometales “Patricio Lumunba”, aunque también algunos ocupaban cargos administrativos y de dirección, o eran técnicos de los laboratorios de estas entidades. A estos alumnos se les impartió meses antes, un curso introductorio que también
fue organizado por la Cujae, para su posterior ingreso a los estudios universitarios.
En sus inicios, el claustro estuvo integrado por profesores de la Cujae, la Universidad de Oriente y personal adjunto calificado que trabajaba en las
empresas señaladas anteriormente, o que prestaron sus servicios y procedían de centros de investigaciones de la capital. Así entre los profesores se contó en determinados momentos con ilustres geólogos como los doctores Gustavo Furrazola Bermúdez y Rafael Segura Soto, ya
fallecidos. El primer director de la FUMM fue el Ingeniero Geofísico Gladstone Oliva, quien se desempeñaba como profesor en la Escuela de
Geofísica de la Facultad de Tecnología (Cujae).
El profesor Díaz Duque tuvo el privilegio de ser designado por el Director de la Escuela de Geofísica, el Ing. César Rodríguez, para impartir las asignaturas de Cálculo en la FUMM, siendo entonces recién graduado y estando ubicado laboralmente en el Departamento de Matemáticas de la Escuela de Ciencias Básicas de la Cujae.
De esta forma, impartió la primera clase de la FUMM el 27 de noviembre de 1972 a las 4:00 pm, luego que concluyera el acto de inicio del primer curso escolar 1972-1973. De hecho, esta clase fue además la primera actividad docente de ingeniería que tenía lugar en la provincia de Pinar del Río, dando inicio así también a la enseñanza universitaria de las Ciencias Técnicas en esta provincia, en la cual también habían comenzado un mes antes los estudios de agronomía, forestal, medicina, economía y pedagogía.
Como un acontecimiento relevante vale destacar la visita del Jefe de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a la FUMM en febrero de 1973, en la que se le explicó cómo se estaba materializando el principio del estudio-trabajo, pues él había estado horas antes en la mina, en el frente del trabajo subterráneo y se había encontrado con varios alumnos del primer año de Ingeniería de Minas, lo cual le había sorprendido
extraordinariamente, dada su juventud. También se le brindaron los datos de la promoción del primer semestre que recién había concluido. Allí
constató en la práctica su idea de la universalización de la enseñanza universitaria, con el vínculo estudio-trabajo, expresando su confianza de que la misma se consolidaría.
En junio de 1973 se celebró la Primera Jornada Científica Estudiantil de la FUMM, efectuada justamente en el primer curso escolar, donde los alumnos presentaron sus trabajos y experiencias a partir de la vinculación con las labores prácticas. A esta JCE asistió el entonces Ministro de Educación, Belarmino Castilla Más, acompañado del Director de la recién creada Sede
Universitaria de Pinar del Río, Ing. Ricardo Abreu Espinosa.
Desde entonces las JCE fueron sistemáticas a lo largo de casi una década de existencia de la Filial.
Un dato interesante, que vale la pena apuntar, es la realización de las primeras elecciones del Poder Popular en 1976 en un aula especial que se creó en la Filial.
Otro de los rasgos distintivos de la FUMM fue su destacado papel en las actividades culturales, no solo de la Sede Universitaria de
Pinar del Río, sino fundamentalmente en la
comunidad minera de Matahambre. Un desempeño relevante, incluso con lauros nacionales en los Festivales de la FEU, lo alcanzó el Grupo de Teatro Griot. Varios de sus integrantes son hoy destacados profesionales de la Geología y la Minería del país.
La FUMM fue atendida administrativa y metodológicamente por la Cujae y la UO hasta el año 1976 en que se organiza el sistema educacional cubano y se crea el Ministerio de Educación Superior. De esta forma surge en ese
año el Centro Universitario de Pinar del Río (CUPR), al cual se le subordina la FUMM, la que pasa a denominarse Unidad Docente de Ingeniería de Minas e Ingeniería Geológica (UDIMIG), y que se transforma finalmente en
Facultad de Geología y Minas. No obstante, la Cujae siguió brindando apoyo metodológico y con profesores en prestación de servicios, y mantuvo
los nexos de trabajo con la enseñanza de las ingenierías en Pinar del Río.
Como merecido homenaje a aquellos que fundaron e hicieron posible el desarrollo de la Filial Universitaria de Minas de Matahambre, sembrando inteligencias para el país, se relacionan algunos de los más prestigiosos profesores que integraron su claustro.
Junto al claustro de profesores, en la Filial trabajaron otros compañeros en tareas técnicas, administrativas y de servicios. Entre ellos se encuentran Atilano Miranda, Adela Martínez, Nancy González, Gisel Garófalo, Lorenzo
Fonseca, Hermes Álvarez, David González, Benito Duarte, Reinaldo Cárdenas. Otros nombres muy afectivos fueron los de Mireya, Nena, Raúl, Tomás y Tiburcio.
La primera graduación de la FUMM tuvo lugar en 1978 y una parte de los egresados fueron ubicados en el propio centro para ir consolidando su claustro, lo cual se repitió en los siguientes cursos.
En el año 1981, por decisión del Ministerio de Educación Superior, la Filial fue trasladada hacia Moa, en donde concluyeron sus estudios algunos de sus alumnos. De acuerdo con el registro de graduados existente en la Secretaría General de la Universidad de Pinar del Río, los últimos egresados de la Filial Universitaria de Minas de
Matahambre se recibieron en el año 1982, por tanto, solo cinco graduaciones tuvieron lugar en este poblado minero, acumulando un total de 127 ingenieros geólogos y 72 ingenieros de minas, los que han prestado sus valiosos servicios en
diferentes instituciones de la rama geólogo minera del país.
De esta Filial Universitaria han salido Doctores en Ciencias Geológicas y Ciencias Técnicas, valiosos ingenieros que han descubierto importantes
depósitos de minerales e hidrocarburos, que han realizado significativos aportes a los estudios hidrogeológicos y geotécnicos, que han escrito libros y que también han sido profesores universitarios, formadores de nuevas generaciones de profesionales cubanos y extranjeros. Es por eso, que muchos conservan la nostalgia de aquella década extraordinaria y que
repiten cada día: “soy graduado o trabajé en la mejor universidad de Cuba, la de Matahambre”.