Por Edenia Abreu Hernández
La responsabilidad es un valor que está presente en la conciencia de las personas y a través de la cual el individuo es capaz de tomar una serie de decisiones de manera consciente, asumiendo las posibles consecuencias de las citadas decisiones y respondiendo a las mismas ante quien corresponda.
En tal sentido, la responsabilidad social se refiere al compromiso de los miembros de una sociedad, ya sea como individuos o como parte de un grupo, tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto.
Partiendo de tales conceptos, entonces pregunto ¿Estamos siendo responsables ante una pandemia inminente?
Sin dudas, Pinar del Río ya tuvo momentos complicados durante el desarrollo de la enfermedad en el país: transitó por la fase de trasmisión autóctona durante un período y logró salir airosa, sin mayores consecuencias.
Sin embargo, ya llevamos una semana confinados nuevamente con la esperanza de mejorar y salir pronto de esta etapa. Pero los números de los casos positivos que a diario se diagnostican nos alejan cada vez más del deseado final de la etapa.
En un período de rebrote de la infección, con antelación prevista por los especialistas de la salud en el país, la provincia muestra un número superior de contagios que en la etapa precedente e incluso, en algunos territorios, donde anteriormente no se reportaron casos.
Ya estamos advertidos de que la mejor vacuna es la prevención, la responsabilidad, el autocuidado y el no confiarse.
Sin embargo, en las últimas semanas, en nuestra ciudad se ha observado aglomeración de personas alrededor de los comercios; a los pequeños de casa juegan en las calles y visitan a sus amiguitos para entretenerse.
Asimismo, los vecinos se siguen visitando para conversar; los nasobuco aún son utilizados como una prenda más de nuestro vestir, muchas veces mal usado. También siguen siendo nuestros abuelos los protagonistas de las archiconocidas colas, aunque el estudio de los indicadores sanitarios muestran un aumentado del número de contagios entre la población de edades comprendidas entre los 20 y 50 años.
Se puede ver aun a nuestros profesionales de la salud alertando sobre la enfermedad en cada espacio en el cual se encuentren y siguen en busca de posibles casos positivos y asintomáticos entre la población.
Estimados miembros de la comunidad universitaria y pinareña: el coronavirus sigue siendo una pandemia. Sigue siendo un virus con una cura desconocida, aunque continúen las incansables investigaciones de los científicos del mundo en busca de respuestas efectivas que logren contener la pandemia.
Si repasamos un poco los acontecimientos podemos percatarnos de que, en esta nueva etapa, que surgió después de la entrada en la nueva normalidad, la situación se ha complejizado: la provincia tiene muertes por la enfermedad, existe mayor cantidad de pacientes positivos en edades pediátricas.
Creyendo que todos somos capaces de percatarnos del daño que le hacemos a los demás e incluso a nosotros mismos, cuando asumimos estas conductas que para nada nos ayudan a avanzar en estos tiempos, afloran preguntas en mi mente como ¿dónde queda la responsabilidad social de todos? ¿Somos realmente capaces de reconocer y asumir las consecuencias de nuestras acciones?
Pensemos por un momento en las posibles respuestas a dichas interrogantes. Luego, les comento la siguiente afirmación: en un determinado período, muchos de nosotros fuimos capaces de cooperar en el mejoramiento de la situación del territorio con la simple acción de permanecer en casa.
Entonces amigos y amigas, recapacitemos que, si en un momento se logró, esta vez se puede volver a lograrlo.
Seamos verdadera y conscientemente responsables: pensemos en el bien común, cuidemos a nuestras familias y a quienes nos rodean.
Recordemos que nuestras actitudes de hoy marcarán el camino que recorreremos mañana.