Entrevista a Julio Emilio Morejón Pérez, joven universitario, líder estudiantil, amante de los libros y la buena música, quien en tiempos de Covid19 decidió hacer la diferencia
Por Glendy Hernández Arozarena
En tiempos de pandemia los héroes llevan máscaras. Protegen ciudades, personas. Los de carne y hueso, muy diferentes a los de las sagas, no llevan armas ni intentan salvar al mundo; cuidan su pedacito, que es mejor. Devuelven sonrisas.
«En la entrega de módulos de alimentación, llegué a casa de uno de los ocho ancianos que atiendo, la compañera que lo ayuda en las cosas de la casa se quedó sorprendida porque mostró una sonrisa. Ella me comentó que hacía mucho tiempo él no sonreía. Me dijo que estaba feliz porque los jóvenes estuvieran apoyando en tiempos tan difíciles».
Julio Emilio Morejón Pérez es de los tantos héroes enmascarados con nasobuco que tiene la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca». Desde que empezó la pandemia ayuda a ancianos para que no les falten medicamentos y comida y los protege del contagio.
«En el Consejo Popular Jagüey Cuyují atiendo ocho ancianos. Entrego medicamentos, productos de la bodega, carnicería y placita. Además de coordinar la distribución de los ssubsidios enviados por el Consejo de la Administración Municipal.»
Recibió la comunicación por parte del Miembro del Buró del Comité Municipal UJC que atiende la esfera educacional, no dudó un segundo unirse a tan humana labor. Los héroes también temen, pero anteponen el bien colectivo; esa satisfacción de hacer algo bueno y útil que llena el alma. También motivan a otros a que sean héroes.
«A mis compañeros decirles que siempre estén dispuestos a cumplir con las tareas que nos encomienden, a ayudar y servir a los que un día hicieron por nosotros. La vida nos demuestra que un día todo el bien que hagamos hoy será retribuido. Se recogerá lo que sembremos».
Cuando la máscara no sea obligatoria y todo pase, tendremos que buscar en los ojos de muchos esa mirada sencilla de los héroes que tocaron las puertas durante la pandemia. Julio Emilio Morejón Pérez será uno más, pero su temple de héroe de carne y hueso, de la vida real, sin armas, sin superpoderes trascenderá en la memoria de todos los que hoy sonríen agradecidos.