Por MSc. José Madera Medina, profesor de Historia, Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”
En la Jornada del Educador y en este su día, 22 de diciembre, dedico este sincero homenaje a todos los educadores, y lo que hago honrado como educador apegado a la profesión que por muchos años he ejercido.
Al educador, maestro o profesor, o al que pretenda iniciarse como tal, ya sean hijos, sobrinos, o los alumnos que tenemos en el aula; al estudiante de carreras pedagógicas, o al joven educador que ya ejerce la profesión, quizás aun con dudas y hasta con falta de apasionamiento por la obra de infinito amor que debe desarrollar, a todos les pregunto y argumento, y les recomiendo o aconsejo como Esculapio hizo a su hijo ante la posibilidad de escoger la profesión de médico en la que hay que enfrentar tantas adversidades .Pero en este caso, pensando en los educadores pregunto:
¿Quieres, ser maestro o profesor? ¿Por qué escogiste esta profesión a la que has de ser fiel a la ética jurada y a la responsabilidad que asumes frente a todas las adversidades?
El magisterio es una profesión muy linda, muy útil, muy ejemplarizante. El maestro debe ser un ejemplo, “un evangelio vivo” como decía Luz y Caballero.
De ella y tu labor nacen los grandes discípulos, los grandes científicos, los grandes pensadores, los grandes maestros, como es el ejemplo del maestro Mendive y el discípulo Martí, nacen también los buenos médicos, y también todos los ejemplares trabajadores, en fin, hombres y mujeres hacedores del bien y combatientes del mal, seres sociales con una alta ética humanista.
Pero la labor del educador es difícil, es de sacrificio diario, de superación constante y abnegación sin límites; del buen ejemplo ético-moral diario. Donde quiera que estés siempre serás educador y como tal deberás siempre comportarte; pues que como dijo el Maestro mayor, nuestro José Martí: “Educar es una obra de infinito amor”.
Nunca debes aspirar a la remuneración que crees merecer por tu trabajo, tampoco reconocimiento alguno por lo realizado, este siempre llegará por reconocimiento, o en boca o no, de tus alumnos ,o de la sociedad en su conjunto por la labor realizada durante años .Solo te sentirás feliz y realizado si tienes fe y confianza que enseñaste correctamente ,y sobre todo, educaste ,formaste valores en tus alumnos acordes a la sociedad que se pretende y ayudas como pilar fundamental a construir, y si lo hiciste con la ética y moral que ella y el deber te exigen. Te sentirás bien si sabes que cumpliste con tus alumnos con otra de las máximas pedagógicas martianas, de que “Educar es poner coraza contra los males de la vida”.
Recomiendo que, si no te gusta la profesión, no la practiques, que no te ensayes con ella o con tus alumnos, te sentirás mal, no lo harás bien.
Muchas veces te encontrarás alumnos incomprensivos o que, por incomprensión de tus mensajes, no te agradecerán lo que quizás creas merecer sobre tu trabajo. Deberás estar seguro, o asegurarte que no lo hiciste bien. Será porque no los motivaste, quizás les enseñes algunos conocimientos, pero no los enseñaste a pensar, a razonar, “le diste el pescado, pero no los enseñaste a pescar”, o sea no los enseñaste a “aprender a aprender”, no los motivaste y, sobre todo, no los educaste, que es la esencia de todo educador “educar que es formar al hombre para la vida. Deberás esforzarte siempre por enseñarles a conocer el mundo, interpretarlo, y, sobre todo, a luchar por transformarlo revolucionariamente. Ello es una tarea y dura, pero bonita y fundamental.
Es importante recorda¿r que:
Hay que educar desde la instrucción y el conocimiento:” Instruir no es lo mismo que educar. La instrucción tiene que ver con el pensamiento y la educación con el sentimiento”. Quizás ejerzas la docencia, aunque aún no te guste, pero no te sentirás feliz. Tampoco te podrás sentir realizado. Además, y esto es lo fundamental, tus alumnos y la familia no se sentirán felices por la formación y educación que le debiste proporcionar, y esto es un gran problema educativo, pues se trata de formar a los hombres y mujeres del futuro. Si no cumples bien con las exigencias de la profesión como educador tendrás una deuda moral eterna con tus alumnos, los que nunca podrán ser, o sentirse como tus discípulos, si de buenos ejemplo se trata, cosa que notarás o deberás notar. En fin, ni tus alumnos ni, la familia, ni la sociedad reconocerán la labor de la importante profesión que representas.
El maestro o profesor, debe ser respetado y querido, debe educar desde la instrucción, y esto con modestia lo recalco amigo receptor, educador en ejercicio aspirante a educador. Ello lo recomiendo utilizando con mucho respeto las ideas del otro gran Maestro, teórico y práctico de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, seguidor de nuestro Maestro mayor José Martí, tanto en la teoría como en la práctica de su pensamiento y de su ética, así como en el espíritu de la letra que recoge su pensamiento político, económico, social y pedagógico.
Según el Comandante en Jefe, (Y esto lo expongo en un apretado resumen).
El maestro o profesor debe:
1- “Educar, no solo enseñar”.
2- “Planificar clases interactivas, nunca memorísticas, con la utilización de la televisión, la computadora y el diccionario”.
3- “Hacer que el alumno atienda, que lo evalúe diariamente, que sepa lo que sabe sin examinarlo”.
4- “Revolucionar los métodos de enseñanza, que haga que el alumno se interese.
5- “Enseñar lo que nos rodea”.
6 – “Ser un tutor, un amigo, un consejero, un educador, un preceptor de sus alumnos”.
En fin, es muy importante tener en cuenta en este día de homenaje a los educadores todo lo antes expuesto desde la mirada ética de las máximas martianas, solo esbozadas en algunos aforismos en este texto y de estas recomendaciones a los maestros realizadas por Fidel Castro, sobre lo que deberá ser en su generalidad un maestro o profesor.
La importancia estratégica de la labor de los educadores la subrayó también el Comandante en Jefe en las siguientes palabras:
“…La educación es el arma más poderosa que tiene el hombre para crear una ética, para crear una conciencia, para crear un sentido del deber, un sentido de organización, de la disciplina, de la responsabilidad”.
Quien se sienta reflejado justamente en este texto, quien asuma sus máximas pedagógicas, quien después de ello se sienta maestro o profesor y admire la labor educativa que realiza, como quien escribe este texto, escogió correctamente la profesión de maestro. A todos les digo, “Han hecho bien”, como lo hizo Esculapio a su hijo al escoger la muy humana profesión de médico, pues no se deben sin mirar sus adversidadesde nuestra profesión, ya que estas no se equiparan con la felicidad llevada al alumno y que también siente el educador. Digo más, digo como Martí, cuando en Guatemala en 1877 se hizo maestro y en agradecimiento al magisterio ejercido y al país que lo acogió como a un hijo expresó que este: “Lo hizo maestro, que es hacerlo creador”.
Así pues, entonces, podrás decir con sano orgullo en este día y siempre: “Me hice maestro que es hacerse un creador”.
“El reconocimiento justo regocija al hombre bueno”. “Es cobarde quien ve el mérito humilde y no lo alaba”, nos señaló, cual regla de oro, José Martí. Po ello, estas sinceras felicitaciones.
¡FELICIDADES ESTIMADOS COLEGAS de la profesión del amor, la ética y el desinterés!