Por Edenia Abreu Hernández
Fotos tomadas del perfil en Facebook de Andrei Luis Sánchez
Más de una veintena de imágenes documentan, desde las redes sociales, el paso de dos entrañables amigos por la Zona Roja del Hospital de Campaña en la Sede Nancy Uranga Romagoza de la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”.
Pero las vivencias de Andrei Luis Sánchez Téllez y Giraldo Machuat Santana, ambos, profesores asistentes del Departamento de Didáctica del Deporte en la Facultad de Cultura Física, van más allá de los visibles retratos.
“Estar allí adentro es bastante complejo. Nos tocó atender a pacientes que fueron nuestros alumnos y que, al vernos allí, cuidando de personas desconocidas y en una situación de pandemia tan compleja, se impresionaron, pero también nos agradecieron por el acompañamiento. Tener a alguien conocido en un lugar así, aunque no se pueda tener contacto alguno, es un soplo de aliento”, aseguró el MSc Giraldo Machuat.
“Estar trabajando en una Zona Roja es una oportunidad única por el valor humano del que requiere. Allí hay que ser, ante todo, psicólogo de los pacientes, porque son personas que están ingresadas y tienen a sus familiares también ingresados, pero en otros lugares. La confianza que uno pueda ser capaz de transmitir a los demás, es la clave del éxito en un lugar como ese”, expresó el MSc Andrei Luis Sánchez.
Indiscutiblemente, la experiencia de haber estado conviviendo más de cerca con el letal virus, en el mismo lugar donde a diario trabajan en la formación de sus estudiantes, hará de la vida de estos hombres un sitio lleno de vivencias para compartir con los más jóvenes.
“Para nosotros ha sido una inmensa satisfacción poder seguir cumpliendo con nuestro deber, esta vez, con una tarea bien sensible. Estar allí ha sido nuestro Moncada y nuestra Sierra Maestra y mientras se requiera de nuestra presencia, a pesar de las circunstancias, allí estaremos nuevamente”, confirmó un emocionado Machuat.
Luego de una vivencia tan especial como la experimentada por estos comprometidos profesores, aseguran, solo les queda agradecerles a los directivos la Universidad y a los compañeros de trabajo, por la atención y preocupación inquebrantable que tuvieron todo el tiempo para con ellos.