Por Edenia Abreu Hernández
Recién graduada y repleta de ganas e ilusiones comencé a trabajar en el Departamento de Comunicación Institucional de la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” en septiembre de 2019 y ya en el temprano mes de marzo de 2020 comenzó a cambiar todo.
La semi presencialidad y la distancia se volvieron las protagonistas de las faenas agitadas en las que normalmente nos desenvolvemos las muchachas del departamento. Muchas estuvimos, por una cuestión u otra, aisladas en algunos momentos de estas inacabables cuarentenas y vivimos juntas momentos de tensión, pero también recibimos con mucha alegría a las nuevas integrantes que durante este período se incorporaron a nuestro equipo.
En mi caso, esta nueva manera de vivir me brindó la oportunidad de tomarme un deseado descanso, retomar conversaciones con viejos amigos y conocer, a mi paso por la Zona Roja del Hospital de Campaña de la Sede Saíz, a personas maravillosas e historias de vida inimaginables. Profesionalmente hablando, he aprendido a gestionar mejor mi tiempo y ello me ha dado la oportunidad de investigar e insertarme cursos online que me han ayudado a crecer como profesional de la comunicación.
Pero cierto es que ya añoro esa época de trabajo en las que a diario veía a todas mis compañeras, ya quiero salir a festejar los logros que he alcanzado y deseo visitar a los pequeñines de la familia, que seguramente ya no están nada chicos.
Hoy, cuando ya se acumulan un año y tres meses de convivir con amarga tensión con la existencia del virus en la Isla, llega la maravillosa noticia sobre los logros de los científicos cubanos con el candidato vacunal Abdala y las altísimas esperanzas en la seguridad que indudablemente también se alcanzará con Soberana 02.
Con noticias completamente diferentes y llenas de emociones opuestas todo vuelve a cambiar como en aquel mes de marzo. Ahora, aunque debemos seguir cuidándonos con las medidas higiénico sanitarias ya conocidas, estamos más cerca de la inmunización de todos los cubanos, más cerca de poder abrazar a nuestros seres queridos, más cerca de retomar el ritmo acelerado de nuestras vidas, más cerca de cumplir objetivos detenidos en el tiempo y más cerca de crecer como país.
Con Abdala se renuevan las esperanzas y la emoción por una cercana inmunización inunda de lágrimas mis ojos.
