Por: India Alejandra González Molina
Foto: Cortesía del entrevistado
La universidad es una experiencia inigualable, pero también una época en la que el sacrificio y la dedicación son esenciales para lograr las metas propuestas, pues no se reduce a obtener buenas notas.
La extensión y la investigación son también procesos sustantivos que hay que llevar de la mano, así como la participación activa en la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), por eso son tan importantes los profesores que además de su asignatura, enseñan cómo conjugar estas responsabilidades con reconocimiento y apoyo.
Eso bien lo sabe Julio Emilio Morejón Pérez, estudiante de la carrera Licenciatura en Lenguas Extranjeras de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades (FCSH) de la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” (UPR), pues cuenta que:
“El pasado día 19 de noviembre, luego de una evaluación oral con mi Profesor Principal de Año Académico (PPAA), que es además el de la Práctica Integral de la Lengua Inglesa (PILI), me miró y se detuvo unos minutos antes de hablar, me pasaron por la cabeza mil cosas, pero fue entonces que me dijo que se sentía orgulloso de mí, a lo que pregunté ¿por qué?, y respondió que admiraba mi aptitud, porque llevaba dos procesos al mismo tiempo: la docencia y la de dirigente estudiantil.”
“Eso me marcó mucho porque en ese instante nos contó su vida universitaria, nos llevó a recordar sus momentos como estudiante y me dio muchas recomendaciones para poder encaminar mi futuro como profesional.”
Son historias así las que logran hacer completo el aprendizaje, las que llevan a que los alumnos se motiven y dan las herramientas para ser un buen profesional y una mejor persona, pues el conocimiento no es nada sin la sensibilidad para aplicarlo y la destreza para manejar los compromisos que implica, cosas que también se aprenden.
En especial porque: “no todos los días un profesor te impulsa a seguir tu camino como lo hizo él aquel día, pero sobre todo no separó ni restó importancia a ninguna de las dos tareas, sino que me dijo que lo tenía allí para ayudarme en lo que necesitara”.
Son esos maestros los que hacen que el estudio de los frutos esperados, los que se rememoran al pasar de los años, los que dan la verdadera relevancia a una fecha como el 22 de diciembre, que es más que un día en el calendario, es el recordatorio a todo un pueblo de lo esencial de la educación, cuando se cumple un aniversario más de que Cuba fuera el primer país libre de analfabetismo en América Latina.
Por eso muchos cubanos podemos compartir estas palabras: “me siento orgulloso de mis maestros, de los que tengo y de los que estuvieron”.