Por Dr.C Osvaldo de Jesús Figueroa Pérez
Difícil el desafío, complicada fué la travesía, la ferocidad del «norte y grandes marejadas» en un mar embravecido del lluvioso y frío invierno en noviembre de 1956 parecía querer interponerse en el objetivo de los expedicionarios, excedido en peso por acoger mayor cantidad de tripulantes de los permitidos en la embarcación, 82 expedicionarios, más roturas del motor retrasaron la llegada prevista para el 30 de noviembre.
Por fin tocaron tierra cubana dos días más tarde; el pequeño Yate Granma arribó a las costas orientales de Cuba el 2 de diciembre de ese año por la playa «Las Coloradas» en el municipio de Niquero, tras heroica travesía de siete días marcó el inicio de las luchas guerrilleras, que culminaran con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.
Comenzaba a hacerse realidad la promesa de una generación de jóvenes, que fieles a Martí, cuando parecía en 1953 que el apóstol moría en el año del centenario de su natalicio, en una República moribunda, neocolonial y dependiente intentaron tomar el cielo por asalto en la gesta del Moncada y al marchar a México trás prisión fecunda juraron que en 1956 serían héroes o mártires.
Al llegar a tierra azteca, el joven abogado Fidel Castro expresó:
“Las puertas adecuadas a la lucha civil me las han cerrado todas. Como martiano, pienso que ha llegado la hora de tomar los derechos y no pedirlos, de arrancarlos en vez de mendigarlos. La paciencia cubana tiene límites (…) De viajes como este no se regresa, o se regresa con la tiranía descabezada a los pies. «
Un año antes del regreso para hacer realidad el compromiso con la Patria, en Nueva York, el 30 de octubre de 1955 el joven líder revolucionario expresaba:
«Vinimos para organizar a los cubanos. Vinimos para realizar la obra que ya nos enseñó el Apóstol en el ‘95. Venimos para hacer entre muchos la obra aquella que solo pudo hacer un gigante”.
Ya en suelo cubano, trás el desembarco y las agonicas jornadas de «Alegría de Pío», el Che se refería al difícil escenario que se encontraron los bisoños guerrilleros:
“Quedamos en tierra firme, a la deriva, dando traspiés, constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas, que caminaban como siguiendo el impulso de algún mecanismo psíquico”.
Extenuados, dispersos, perseguidos por el ejército batistano, persisten en el objetivo de alcanzar la Sierra Maestra, la moral se mantiene muy alta; no se tenía la certeza de que Fidel estuviera vivo, la decisión estaba tomada, «continuar la lucha y ganar la guerra por el compromiso contraído con los compañeros caídos» por fin la alegría, el líder estaba vivo, la vanguardia guerrillera se encontró en «Cinco Palmas»; al respecto el General de Ejército Raúl Castro Ruz ha recordado ese momento:
«Cuando hacemos contacto esa noche, viene el abrazo y su famosa aclamación: «Son siete fusiles. Ahora sí que ganamos la guerra», por eso yo llegue a la conclusión de que Fidel se había vuelto loco, pero eso se lo vine a decir después que triunfamos. Esa es la fe en la victoria que siempre tuvo él y que en los meses posteriores supo inculcarnos a todos nosotros”.
Cuando han transcurrido 65 años, en hora del recuento necesario, el presente nos permite apreciar el heroísmo desplegado por los combatientes clandestinos el 30 de noviembre de 1956 y por los expedicionarios del yate Granma, en ese entonces se agigantó la estatura del MR-26-7 y su líder ante los ojos del pueblo, demostrando que la victoria frente a un poderoso ejército era posible.
La correspondencia y coherencia entre el juramento de llegar, entrar y triunfar se cumplieron al riesgo y costo de muchas vidas, ello atrajo la simpatía y la confianza del pueblo, sobre todo de los sectores juveniles que habían perdido la fe en los políticos tradicionales.
Las nacientes Fuerzas Armadas Revolucionarias, germen en aquel Ejército Rebelde, demostraron desde entonces la capacidad de superar errores y fracasos, realizar los ajustes tácticos pertinentes, alcanzar la victoria derrotando a un ejército superior en hombres y recursos logísticos; hoy en su mayoría de edad y madurez se han convertido en pueblo uniformado, listos para defender la independencia y soberanía de la Patria con cargadores en armas de ideas o balas si fuera necesario, cumplir misiones Internacionalista, luchar con eficacia junto al pueblo alcanzando la Victoria sobre la pandemia, ser fieles al legado del invicto líder de la Revolución Cubana, quién hace 65 años llevando a la Patria en brazos se propuso con los humildes, por los humildes y para los humildes lograr con todos y para el bien de todos cambiar la historia.
En nueva celebración vale recordar como en el acto de conmemoración por el V aniversario de la partida del Comandante en Jefe hacia la inmortalidad que se dio lectura al mensaje de felicitación del General de Ejército Raúl Castro Ruz a las FAR, quien recordó que la institución ha acompañado a Cuba en los momentos más gloriosos, al respecto refirió:
“Sus integrantes han sido continuidad en la historia que preservamos, en la lucha por preservar la soberanía, la independencia y la lucha por la Revolución”.
Como agradecido, con alegría, a nombre de un pueblo me tomo la licencia de desear muchas felicidades a las FAR en este, su día, para el pueblo de Verde Olivo, Hasta la Victoria Siempre, Seguimos en Combate!