Por MSc. José Madera Medina, profesor del Departamento de Historia de la UPR.
170 aniversario del natalicio de José Julián Martí Pérez. Maestro, Apóstol, Héroe Nacional de Cuba, hombre santo… y el más genial y universal de los cubanos.
“Soy martiano desde que nací, porque mis padres mi hicieron así, desde que vi de la mano a Fidel y a Martí”.
Escribo estas líneas en homenaje al apóstol de la independencia de Cuba, José Martí Pérez, en el 170 aniversario de su natalicio, ocurrido el 28 de enero de 1853, y lo hago convencido y con la plena conciencia de que Soy martiano.
El día del centenario del natalicio de José Martí, nací yo, el 28 de enero de 1953.La naturaleza y la biología lo quisieron así y también mi madre, y no por poder ganarse la apreciada canastilla que se otorgaba, en este caso por el “honor” de nacer el día en que vino al mundo para la felicidad de este y de Cuba, el más genial y universal de todos los cubanos, José Martí. No pudo ocurrir así el alumbramiento feliz no se produjo en el hospital de maternidad, sino en nuestra humilde casa. Esto sí pudo suceder y de hecho ocurrió con el nacimiento de mi sobrina, el 28 de enero de 1960, donde fue homenajeada y beneficiada con la canastilla martiana, ya dentro de una revolución social, martiana también.
El día anterior al centenario del natalicio de José Martí, en su conmemoración y homenaje, se celebraba por el pueblo cubano, y en particular, por la juventud martiana, la Marcha o Desfile de las Antorchas en desagravio y agradecimiento a José Martí, el Apóstol y Héroe Nacional de Cuba. Ese día 27 de enero, mi madre ya estaba lista para que yo naciera, que por la fecha de uno de los santos católicos (San José Freinademetz) y del natalicio de José Martí se me nombró como José. Nací el 28 de enero de 1953, a los 9 meses de gestación de mi madre, no soy “sietemesino” ,ni en el sentido biológico, ni en el ético ,ni el patriótico, como a los que Martí llamó “sietemesinos” por “avergonzarse” de ser pobres, de “ser hijos de carpintero”, por “no gustar de nuestro vino agrio de maíz ,pero que es nuestro vino “,por “no tener fe en su patria”… .Yo no soy “sietemesino”, soy también martiano en ese sentido.
¡Qué linda y honrosa coincidencia, nacer el mismo día que nació José Martí y en el centenario de su natalicio, el día que nació ese hombre luz!.¡ Qué felicidad, honor y compromiso, nacer en su centenario, vivir en el 170 aniversario de su natalicio y poder rendirle, aunque sea este modesto homenaje con el cual ratifico mi convicción de que “Soy martiano”; lo que parte del gran Martí que llevo dentro!
Nadie podrá negar, ni replicarme con argumentos sustanciosos, cuanto digo y sostengo el calificativo de santo para nuestro Apóstol (de la independencia ).No lo llamo San José ,ni por su santoral ,ni por sentido bíblico, cristiano y católico, aunque su vida , su ética y su hacer tenga cierto sentido de convergencia y similitud con la de Jesús Cristo ,el hijo de José y de María, el Jesús de Nazaret, Rey de la Judea(INRI).De él, Martí vio y defendió con meridiana claridad sus ideas y accionar revolucionario, al mismo que condenó y combatió su mistificación ,falsedades y usos en función de interés espurios .No se equivocó al considerarlo como “el primer revolucionario”, en su poco estudiado y divulgado artículo, del tomo 19 de sus Obras Completas titulado,“ Jesús Cristo”. Yo lo nombro o califico como Santo a José Martí, como ya enuncié, y lo hago por su actuación ,más allá de su prédica humanista en función de los pobres de la tierra, con los que “quiso siempre su suerte echar”, y de hecho lo hizo .Pero lo hizo pensando y actuando solo por Cuba y todo sus hijos ,sino también pensando en América Latina y el Caribe y en todo el mundo, es decir la humanidad , en un sola patria mucho más grande, de la que dijo o conceptualizó como que , “Patria es humanidad”.
Lo califico, o llamo, así como Santo, en el mismo sentido que él también calificó certeramente como Santo al presbítero y patriota cubano Félix Varela en su discurso frente a su tumba en el cementerio de San Agustín en La Florida. Fue más por su prédica, por sus ideas, por su actuar, por su ética, y por su legado en función del mejoramiento humano, que por cualquier sentido místico o religioso. Varela, nos enseñó a todos, no solo a pensar, y en pensar en Cuba, lo cual hace todos los días, cada vez que vamos a él. Así lo hago con José Martí como lo hizo él con Félix Varela. Martí fue a él lo estudió, lo comprendió y lo continuó en igual sentido patriótico y ético, lo que revolucionó, aplicó creadoramente y enriqueció en pensamiento y en actuación, a pesar del corto periodo de su vida. José Martí, fue un real discípulo suyo como promotor y seguidor de sus ideas y de su actuación.
José Martí, supo ver en el conocimiento de la historia, al Cristo revolucionario, y como él también fue un revolucionario. Fue un gran patriota y un humanista pleno, en pensamiento y acción, y en todo el mejor sentido que la palabra encierra, más allá de ser considerado como el maestro mayor, el Apóstol de nuestra independencia y el Héroe Nacional, es considerado como “el más genial y universal de los cubanos”. Toda su vida y obra fue en favor del logro del mejoramiento humano, no solo en la individual y familiar, sino también, y en particular en el desarrollo de la sociedad cubana, y de la sociedad humana en general, es decir, de la humanidad.
En cuanto a mí, creo, que le he dado a mi patria y a mi pueblo y a la sociedad, todo lo mejor que tengo y he podido dar. Eso se lo dedico a José Martí. Es mi mejor homenaje, y lo es también, cundo trato cumplir con la deuda que tengo con él y conmigo mismo de estudiarlo más y de contribuir a divulgarlo más, por la grandeza, importancia y la actualidad de sus ideas, y de su ética, en un mundo cada vez más injusto y desequilibrado, que necesita de las enseñanzas de Martí
Puedo decir con orgullo que llevo por nombre el mismo del Apóstol, nombre que ostento, más que por santoral, por el de José Martí por haber nacido en mismo día que él; día y año que coincidió con e del centenario de su natalicio, el 28 de enero de 1953.Desde entonces, y no es osado decirlo y repetirlo, llevo un Martí dentro de mí. Ese Martí que llevo dentro, además de mi orgullo, me creó el compromiso para con él, de hacerlo crecer dentro de mi cada día más.
Lo repito “Soy martiano desde nací, porque mis padres mi hicieron así, desde que vi de la mano a Fidel y a Martí”.
Llevo en mi pensamiento, las doctrinas del maestro, como lo llevan los martianos sinceros de todo el mundo, y como lo hizo su más grande intérprete y seguidor, Fidel Castro Ruz. Las llevo, por supuesto, a mi nivel y altura, al nivel más elevado posible en mi caso. Sus ideas, pensamiento y accionar revolucionario y ético, son luz en mi camino, acompañado también por el ideal y actuar revolucionario y ético de Fidel, el eterno invicto Comandante en Jefe, pues como dice la popular frase, “Te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió”.
El pensamiento y el actuar de José Martí, y sobre todo ,su actuación la ética ,son fuentes insuperables en la formación y la actuación de las presentes y futuras generaciones de cubanos y de hombre y mujeres de todas partes si queremos una Cuba más próspera ,humanista y unida y un mundo mejor , justo y equilibrado, donde no se contrapongan la riqueza y la pobreza, las que cada vez se polarizan y contraponen en un mundo cada vez más desigual e injusto .Martí es mi mejor paradigma , denunció y combatió los problemas del mundo decimonónico que le tocó vivir, pero visionariamente se adelantó y avizoró los grandes problemas del presente que afectan y amenazan en la más alta gravedad al mundo en general y a la sociedad humana en particular .Su pensamiento ,su actuar y su ética son paradigmas de actuación para el presente y el futuro.
El centro generador de las ideas y de las acciones revolucionarias humanistas que Martí nos aporta, entre otras muchos sentidos, han de estar centradas en la cultura como vía o vehículo medular para lograr el equilibrio de las sociedades ,en fin ,el equilibrio del mundo: “La ignorancia es más de temer que la pobreza” sentenció el destacado maestro de Simón Bolívar, Simón Rodríguez ,el Sócrates de Caracas .Martí por su parte nos dejó como aportes, y es una enseñanza imperecedera ,que : “La ignorancia ,mata a los pueblos ,es preciso matar la ignorancia”, que, “Ser cultos es el único modo de ser libres”, o “Ser cultos para ser libres”, y que , “No puede existir igualdad social posible, sin igualdad de cultura”.
Y nos dijo además que: …” La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de los vicios, es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura…”.
El pensamiento, la vida y la lucha de Martí ,quizás si proponérselo, tal como lo vemos hoy, aportó conceptos ,esencias para enfrentar los problemas del peligro del desequilibrio del que pende el mundo actual, de guerras, destrucción niveles insoportables de injusticia y de pobreza de la mayoría de la humanidad contra los niveles de acumulación de riquezas de una minoría de países y personas ricas ,mientras los demás siguen viviendo en una creciente e inhumana pobreza .Martí quiso un mundo de paz y, cuánto también hizo, fue para eso, sin guerras innecesarias e injustas, sin la riqueza ilimitada de unos pocos, que son los que hacen o justifican las injustas guerras ,sin pobreza injusta e inhumana ,que provocan las luchas justas y necesarias de los millones de pobres del mundo. Quiso un mundo de igualdad, sin racismo, ni discriminación de ninguna índole: raza, sexo, edad, o creencia religiosa, o filosófica. “Dígase hombre y se han dicho todos los derechos”, sentenció magistralmente en su artículo “Mi raza”, en 1892.
Dijo el Héroe Nacional cubano sobre el equilibrio:
“El equilibrio no se rompe jamás, ni en los cuerpos, ni en las almas”
“…el vigor permanece, viene el equilibrio justo. Al trabajo y a la inteligencia humana les están marcando límites de prosperidad precisos … (1884).
“El mundo es equilibrio, y hay que poner en paz a tiempo las dos pesas de la balanza…” (Se refiere a pobres y a ricos, expuesto en su artículo titulado “Pobres y ricos”, publicado en el periódico Patria, en 1893)
Hoy debemos decir:
No más injusta discriminación, no más dependencia, ni causación circular de la pobreza y de la riqueza contrapuestas antagónicamente. No más países de “centro y países de periferia”. No más desarrollo del subdesarrollo. Lo que debe condicionarse y lograr es el “desarrollo del desarrollo”, y con ello se lograra el equilibrio del mundo, que tanto necesita la humanidad para garantizar su existencia, ya en un extremo peligro.
Ratifico que soy martiano porque llevo dentro de mí a ese gran maestro, al Maestro, porque como el “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”, porque, “cultivo una rosa blanca para el amigo sincero que me da su mano franca”, como él expresó y predicó con su inmortal y paradigmático ejemplo. Porque es un evangelio vivo, que aún vive, porque fue y es un Santo, no en el sentido conceptual religioso, sino etimológico y conceptual de la palabra del idioma español que define la persona santa como al ser “Perfecto y libre de toda culpa, especialmente puro.” /Persona venerable o de especial virtud”.
Nadie lo negar, su ejemplo y obra lo afirman y esto me lo confirma también el Diccionario Cervantes de la Lengua Española.
Ese hombre santo me enseño también que, “Honrar es una manera de honrarse, y no la menos generosa” … “Honrar honra”.
Decía Martí que: “La honradez debía ser como el aire y como el sol, tan natural, que no se tiene que hablar de ella…”. Y que:
“Un hombre que oculta lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal, gobierno sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer leyes injustas y permiten que pisen el país en que nació los hombres que se lo maltratan, no es un hombre horado”
Por todo ello, porque “soy martiano”, por el Martí que llevo dentro, porque admiro a ese hombre horado, que él supo muy bien conceptualizar, y ante todo practicarlo. Y porque como el mismo nos enseñó que, “es cobarde quien ve el mérito humilde y no lo alaba”, es que hago este merecido homenaje a José Martí, que modestamente puedo escribir, en conmemoración del 170 aniversario de su natalicio con la convicción de que:
Tú no moriste el 19 de mayo de 1895, ni en 1953 en el año de tu centenario, el 28 de enero de 1953 volviste a nacer, y hoy a 170 años de tu natalicio, sigues vivo: Maestro, Apóstol, Héroe Nacional. Tú sigues siendo el Santo que he conceptualizado y argumentado y el insuperable más genial y universal de todos los cubanos”.
¡Vivan José Martí, y todos los que han luchado y luchan porque el santo Apóstol y Héroe Nacional cubano nunca muera!