Por Zorileydys Pimentel
Carlos Ariel Abreu es alumno de tercer año de la carrera Pedagogía Psicología en la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca».
Él, junto a otros nueve estudiantes, conforman el contingente de jóvenes dispuestos y valientes, que por tercera ocasión, trabajan como voluntarios en el centro de aislamiento radicado en la sede pedagógica Rafael María de Mendive.
Allí, asume labores de limpieza, higienización de locales, recogida de desechos, distribución de alimentos y cuanta tarea se necesite en el centro universitario devenido espacio para el ingreso de contactos de personas sospechosas a la COVID-19.
Transmitir tranquilidad, alegría y esperanza a quienes esperan el resultado de un PCR en tiempo real, también forma parte de la rutina de este joven vueltabajero.
Sin embargo, una de las tareas más importantes, es cumplir estrictamente con los protocolos sanitarios, para evitar cualquier posible contagio.
Y aunque con sus acciones Carlos Ariel no busca reconocimientos ni aplausos, lo cierto es que este joven tiene muy clara cuál es su misión.
“Lo principal es responder al llamado de la Patria de hacer el bien donde se necesite, nosotros no podemos abandonar esta tarea porque es nuestro deber generacional estar aquí”, asegura.
Carlos Ariel Abreu extraña su casa, su familia y también su aula en la universidad pinareña. Sin embargo, desde el centro de aislamiento donde trabaja como voluntario cada noche piensa en las historias que contará un día después de la pandemia.
(tomado de Radio Guamá)