Por Redacción MINSAP
Cada 14 de junio la Organización Mundial de la Salud y sus países miembros celebran el Día Mundial del Donante de Sangre. En Cuba se cumplen 50 años que celebramos una Jornada Nacional del Donante de Sangre, que inicia desde el 6 de Junio, en conmemoración a la donación realizada en el Banco Provincial de La Habana por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para ayudar al pueblo de Perú que había sufrido un desbastador terremoto.
Esta jornada se realiza para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados, por un regalo que permite salvar vidas, así como para concienciar sobre la necesidad de hacer donaciones regulares en aras de acceso oportuno y asequible a sangre y productos sanguíneos seguros y de calidad.
La sangre segura es fundamental en los tratamientos y en las intervenciones urgentes, permite aumentar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades potencialmente mortales y llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. Asimismo, es fundamental para tratar a los heridos durante urgencias de todo tipo (desastres naturales, accidentes, conflictos armados, etc.) y cumple una función esencial en la atención materna y neonatal.
En nuestro país en el año 2019 y hasta la fecha, se garantizaron más de 1 millón 200 mil cirugías, se transfundieron más de 250 mil pacientes, se realizaron 237 trasplantes, y está garantizado con la mayor prioridad el Programa Materno Infantil, todo esto gracias al ejército de donantes de sangre, plaquetas y plasma que están comprometidos con nuestros principios y con la salud del pueblo cubano.
Este año en que el mundo está atravesando una situación epidemiológica que no nos permite realizar una jornada como acostumbramos, no dejaremos que la COVID-19 interfiera en hacer llegar nuestras más sinceras felicitaciones y agradecimientos a nuestros donantes, hoy sumándose un número importante de pacientes convalecientes de la COVID-19, convertidos en donantes de plasma hiperinmune para tratar a pacientes infectados por el virus.
Cada donante voluntario son nuestros héroes anónimos, concientes de que con el gesto de donar son salvadores de vidas.