Por Edenia Abreu Hernández
Ya han pasado poco más de tres meses desde que vivimos en esta nueva realidad; y hace pocos días que llegamos que escuchar la tan anhelada noticia matutina en la que se informaba la existencia de sólo un nuevo caso positivo a la Covid-19 en Cuba.
Cada vez son menos los casos ingresados; ya sean positivos o sospechosos y, felizmente, hace más de 8 días que no se reportan muertos por las complicaciones asociadas a esta silenciosa enfermedad.
En alerta constante hemos vivido y deberíamos seguir haciéndolo, pues, definitivamente la pandemia poco a poco va desapareciendo; pero sin dudas la enfermedad continúa.
El acecho aún no acaba y, según especialistas, no acabara en un periodo de tiempo cercano aunque se reduzcan los contagios.
Lo anteriormente expuesto es razón suficiente para seguir siendo cuidadosos. Somos responsables de nuestro propio cuidado, por ello, no debemos confiarnos.
Las medidas higiénicas orientadas por los especialistas de la salud deben convertirse en algo vital y cotidiano, deben ser parte de nuestra nueva forma de vivir.
Varios territorios del país transitan ya por la llamada primera fase de recuperación, por lo que para mantener la enfermedad aislada, será necesario incorporar a nuestra rutina nuevas actividades que nos posibiliten sacar adelante nuestros proyectos de la mejor manera posible.
Es y será inevitable convivir con el virus, pero si logramos que esa convivencia nos lleve quizás a un mejor estado del que ya estábamos, entonces podremos afirmar que definitivamente ganamos la batalla ante el nuevo coronavirus.
Mantengamos de la mejor forma posible esta nueva cotidianidad, trabajemos de manera responsable y positiva, impulsemos juntos está nueva convivencia en la que todos somos protagonistas.
