Quiso el azar de la vida que en el séptimo día del último mes del año confluyeran significativos acontecimientos relacionados con la historia de Cuba.
Un 7 de diciembre, hace 124 años, la tierra amada de Cuba vio caer en la furia del combate a uno de sus más bravos soldados, el titán de titanes: Antonio Maceo y junto a él, el joven mambí: Francisco Gómez Toro, quien al cubrir con su cuerpo al jefe derribado por las balas enemigas ofrendó su vida en un gesto heroico de sublime valor y sacrificio.
También es cómplice el 7 de diciembre del nacimiento de otro gigante, hijo de la tierra santiaguera y que llevó por nombre Frank País García, que al decir del Che “Tenía unos ojos de una profundidad extraordinaria (los cuales) mostraban enseguida al hombre poseído por una causa y con fe en la misma…”, él estaría cumpliendo 86 años, y aunque ausente físicamente, sus ideales se conservan y viven en los cubanos que honran su natalicio.
Y como digno homenaje de eterna recordación del pueblo cubano hacia sus hijos caídos en misiones internacionalistas en países de África, el 7 de diciembre de 1989 marca la fecha en que concluye la Operación Tributo, con la que se propició el regreso a suelo cubano de los restos mortales de los combatientes que perdieron su vida en cumplimiento del sagrado deber del internacionalismo proletario.
Un día como hoy se le dio sagrada sepultura a quienes pusieron bien alto las banderas de la solidaridad entre los pueblos de África y Cuba, los cuales forman parte, como expresara Raúl Castro “del altar más sagrado de la honra”. Ellos hallaron la muerte en nombre de la vida. Ese día toda la luz de Cuba se vio por la ventana de una lágrima. Fue el milagro de convertir el llanto en luz.
Es ya una tradición que cada 7 de diciembre se realice una peregrinación hasta los sitios sagrados en los que reposan nuestros hermanos caídos, pero en este año 2020 el mundo vive una intensa batalla contra un virus invisible que se ha empeñado en cambiarlo todo y nos ha obligado a modificar esta acción.
Hoy nuestro tributo es la respuesta que ha dado el pueblo cubano en el enfrentamiento a la Covid-19, dando muestras de responsabilidad, compromiso, humanismo, desinterés, entrega, llegando a cada barrio, comunidad, centros de aislamiento, hospitales, para colaborar en múltiples tareas que evidencian los niveles de humanismo para asumir las tareas que se nos asignen, manteniendo la idea de ser útiles en cada campo de batalla.
Compatriotas, hoy Cuba vive tiempos excepcionales, tiempos en los que la lucha que se libera es más de ideas que de balas, asediada por un enemigo que no cesa en su empeño de doblegarnos y ponernos de rodillas; pero ante cada amenaza encuentra el escudo de un pueblo firme y decidido a mantener las conquistas alcanzadas.
Lo demostrado en estos meses de duro batallar, es muestra de que somos herederos de lo mejor y más digno de cada cubano que a lo largo de la historia nos ha trazado el camino a seguir. A todos ellos nuestro agradecimiento y el compromiso de que no los defraudaremos.
¡Gloria eterna a los mártires de la Patria!