Por Edenia Abreu Hernández
Dicen por ahí que cuando se insiste en algo «a la tercera va la vencida», pero realmente estos jóvenes nunca entendieron de derrotas ni de intentos vencidos. Siete son las veces que un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades han dicho presentes en Zona Roja.
«Juntos hemos compartido risas, llantos, angustias, momentos especiales y muy difíciles. Ya no podemos ver al Centro de Aislamiento como un Hospital de Campaña, hoy es más que eso, es nuestra segunda casa. Las experiencias son infinitas, allí hasta vivimos el paso de la última tormenta tropical y fue uno de los momentos más difíciles, sin corriente, ayudando a los pacientes más convalecientes y preservando el lugar; realmente fue una noche larga. También nos tocó asumir el primer fallecimiento de una persona positiva en un Centro de Aislamiento de la Universidad y ese momento fue bien impactante para todos, fue nuestra estancia más compleja en Zona Roja» , explicó Hernán Cruz Fuentes, estudiante de nuevo ingreso de la carrera de Derecho y responsable del equipo de trabajo en cada una de sus estancias en Zona Roja.
«El apoyo de los profesores y directivos de la Facultad y la Universidad de manera general ha sido esencial en nuestra guía allí. Muchos de nosotros nos enfrentamos a las acciones de saneamiento sin apenas conocer la escuela, a nuestros compañeros, a los profesores y ni tan siquiera el contenido de estudio de la profesión que escogimos para nuestro futuro profesional. Por eso estamos agradecidos con la Universidad», agregó.
Por su parte Arlene Valdés Hernández, estudiante de la misma carrera pero en su segundo año, ha entrado con el fuerte equipo a Zona Roja en dos ocasiones, momentos que recuerda con especial cariño por las enseñanzas adquiridas.
«Estar como voluntaria en un centro así es una experiencia difícil, allí dentro te das cuenta realmente de la fragilidad del ser humano, de alguna manera eso te enseña a encarar la pandemia con otra perspectiva y enfrentarte a la vida con nueva mentalidad. Los instantes que más te marcan es cuando los pacientes salen de alta clínica y van directo a ti para agradecerte por la atención y para desearte muchísimas cosas buenas, ese trato humano en medio de las complejidades actuales eran soplos de alegría para el equipo», comentó.
Ana Laura Pérez, estudiante de nuevo ingreso de la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo, trabajó en cuatro ocasiones con el ya conocido «equipo de Humanidades». Sin adentrarse aún en las complejidades de sus estudios profesionales, asegura la joven que ya lleva consigo aprendizajes para toda la vida.
«Una vez estás allí dentro todo lo ves diferente, fueron muchos momentos especiales cargados de emociones compartidas entres compañeros y pacientes. Nuestra mayor alegría era cuando veías salir de alta y llenos de vida a esos pacientes que no llegaban muy bien de salud y que cuando se iban no hallaban manera de agradecerte la ayuda, el apoyo, la atención. Esas experiencias no las cambiaría por nada. Estar en Zona Roja en situación de vulnerabilidad me enseñó a tratar a todos por igual, eso es algo que agradezco y con lo que me quedo para toda la vida», aseguró la joven.
Definitivamente la humanidad unió de por vida a estos jóvenes estudiantes, quienes recién entrando al mundo de las Ciencias Sociales van conociendo en plena práctica una parte importante de sus estudios futuros.
Siete encuentros cara a cara con una pandemia letal no fueron suficientes para frenarlos. Dieron todo de sí mismos en cada ocasión y aportaron su granito a la incansable lucha cubana contra la Covid 19.
Estos jóvenes mostraron que cuando pones corazón a la lucha por la vida, rendirse no cabe en tus planes.
A todos: Muchísimas gracias!