El 1 de enero de 1959, después de un largo período de lucha, triunfó la Revolución Cubana y con ella se comenzaron a implementar reformas transformativas y de bienestar social en todos los sectores, ello sobrellevó a que las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba comenzaran a tensarse en una nueva etapa.
Entre 1960 y 1961 se incrementó la ola de terror contrarrevolucionario: Estados Unidos dejó de comprar azúcar a Cuba (que en aquel entonces era prácticamente nuestro único producto de exportación con alta rentabilidad) y detuvo todas las ventas de petróleo a la isla, con el propósito de desestabilizar nuestra economía.
El presidente estadounidense en aquellos momentos, Dwight D. Eisenhower, decretó el embargo económico de Cuba y no tardó en ordenar el apoyo de organizaciones anticastristas tanto dentro como fuera de la isla que trataran de derrocar a Fidel Castro. De esa manera se comenzaron a crear grupos contrarrevolucionarios dentro de la isla que pudieran facilitar la invasión mercenaria.
Esta situación llevó a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países para el 3 de enero de 1961.
El plan inicial de invasión a Playa Girón fue diseñado por un alto funcionario de la CIA, con la finalidad de lanzar una invasión de exiliados cubanos, establecer en la isla un gobierno provisional opositor y sostenerse en alguna ciudad de Cuba para desde allí lanzar una guerra de guerrillas contra el gobierno cubano.
Este plan apuntaba a lanzar tres ataques aéreos sucesivos contra las Fuerzas Aéreas Revolucionarias para ganar control del espacio aéreo de Cuba. La zona de la invasión sería la costa sur, cerca de la ciudad de Trinidad, puesto que esta localidad tenía suficiente infraestructura para servir a este fin y estaba bastante alejada de la capital.
Este plan más adelante fue modificado por decisión del nuevo presidente estadounidense, John F. Kennedy, quien ordenó que participaran 8 aviones y que, una vez en tierra, el ataque se trasladara a Playa Girón, en la Bahía de Cochinos.
La infantería y la artillería intentarían controlar la Península de Zapata (desde Playa Larga a Playa Girón), donde se asentaría una cabeza de playa, que después de un periodo de tres días solicitaría el traslado hacia allí de un gobierno provisional contrarrevolucionario, que solicitaría de inmediato la intervención directa de Estados Unidos.
En la mañana del 15 de abril de 1961 ocho aviones norteamericanos bombardearon sorpresivamente los aeródromos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. El objetivo principal era destruir en tierra la modesta fuerza aérea cubana para impedir que fuese utilizada contra la invasión.
Al día siguiente, 16 de abril, se realizó el sepelio de las víctimas del bombardeo y en honras fúnebres, el comandante Fidel Castro Ruz sostuvo una alocución pública, emitida por radio y televisión, ante una multitud reunida en La Habana, allí declaró el carácter socialista de la Revolución Cubana.
En la madrugada del 17 de abril se produjo la invasión mercenaria, nominada por sus organizadores como “Operación Pluto”. Integraban el contingente invasor algo más de 1500 hombres escoltados por buques, que desembarcaron por la costa sur del entonces territorio de Las Villas.
Hacia las 06:30 a. m., los aviones de la naciente Fuerza Aérea Revolucionaria del gobierno cubano derribaron los aviones B-26 que escoltaban a los invasores, y pusieron fuera de combate los buques, cerca de Playa Larga, perdiéndose así el armamento que transportaban para las fuerzas en tierra.
La brigada mercenaria estaba compuesta por 194 ex militares y esbirros de la tiranía batistiana, 100 latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 terratenientes, 112 grandes comerciantes, 35 magnates industriales, 179 personas de posición acomodada, 112 integrantes de diferentes estratos sociales, entre otros.
El 18 de abril se inicia la contraofensiva cubana, con el empleo masivo de artillería adquirida recientemente en la Unión Soviética. Las tropas que controlaban las carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder, mientras siguen siendo atacadas desde el aire por el gobierno cubano.
Ante las reiteradas exhortaciones a rendirse que hacían los invasores, las tropas cubanas respondieron enérgicamente: ¡Nosotros no nos rendimos! ¡Somos de Patria o Muerte!
En Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación por la falta de municiones, deciden abandonar sus posiciones después del mediodía y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. Al acabar el día, el ejército cubano se hace con el control de la zona.
Finalmente, cientos de invasores intentaron huir, algunos buscando lanchas y otros ocultándose por las zonas pantanosas de la Ciénaga de Zapata. La operación acabó fracasando en menos de 72 horas. El enemigo fue capturado, resultando 89 muertos, 250 heridos y 1197 prisioneros. Era el 19 de abril de 1961.
Los prisioneros invasores fueron juzgados por el Tribunal Revolucionario de Santa Clara, algunos de ellos condenados a prisión, otros sentenciados a la pena de muerte.
En diciembre de 1962, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo, los sobrevivientes de la invasión fueron permutados por alimentos y medicinas.
Sin duda alguna, la victoria de Playa Girón consolidó la confianza del pueblo en sus propias fuerzas, acrecentó el prestigio de la Revolución y reafirmó el papel de Fidel Castro Ruz como líder y dirigente de las masas cubanas.
En Girón la sangre fue el símbolo de la patria que vive
