Entrevista a Jefferson Sotolongo Machín, Técnico en Ciencias Informáticas y Administrador de Redes en la Facultad de Educación Media de la Casa de Altos Estudios de Pinar del Río que se encuentra en aislamiento tras trabajar como voluntario en Zona Roja en un hospital de campaña
Por Edenia Abreu Hernández
Componer, cantar y producir son motivos de alegría en la vida de Jefferson Sotolongo Machín, quien luego de permanecer por 10 días en la Zona Roja del Hospital de Campaña de la Sede Hermanos Saíz de la Universidad de Pinar del Río (UPR), carga con un grupo de experiencias que le inspiran a componer nuevos temas musicales desde una óptica diferente.
Este joven, Técnico en Ciencias Informáticas y Administrador de Redes en la Facultad de Educación Media de la Casa de Altos Estudios de Pinar del Río, no dudó en incorporarse a las tareas de apoyo e higienización en uno de los centros de aislamiento habilitados en la UPR y, asegura, lo volvería a hacer.
“De aquí me llevo hermanos para la vida. La relación que se forjó con el resto del equipo de trabajo fue especial, nos apoyamos siempre y salimos convertidos en una gran familia, cargados de recuerdos especiales. A veces nos acostábamos de madrugada porque estábamos compartiendo experiencias, haciendo cuentos, jugando dominó, riéndonos y conociéndonos”.
Repartiendo las comidas a los pacientes ingresados allí, Jefferson encontró nuevas personas a quien querer y admirar, aspecto que le sirvió de complemento para componer nuevos temas con las historias que descubrió y, alimentar la pasión de su vida: la música.
“Las personas que están ingresadas allí te agradecen siempre porque saben que somos profesores y el trabajo que hacemos para ayudarlos nada tiene que ver con nuestras profesiones. Algunos quieren hasta ayudarte con lo que haces y eso es bien bonito”.
Sobre los temores con que se viven a diario dentro de una zona en aislamiento el joven comentó:
“En el tiempo en que estuve laborando en la Zona Roja, dos pacientes de los que atendí resultaron positivos y, aunque el temor siempre estuvo presente, trataba de permanecer tranquilo y no pensar mucho en ello. Me repetía a mí mismo que las medidas que había tomado no podían fallar. Para saber lo que se siente al estar tan cerca de la pandemia, hay que estar allí”.
Tras su cercana experiencia con la Covid-19, Jefferson Sotolongo les pide a los pinareños y al pueblo cubano en general, responsabilidad y cuidados personales, para ayudar así a familias y aledaños, pues asegura que el coronavirus no tiene cara y cualquiera se puede contagiar.
Este 28 de noviembre, Jefferson cumple un año más de vida y solo ansía volver a casa junto a su familia y poder celebrar. También está latente el deseo de un resultado de PCR negativo, tras la satisfacción del deber cumplido.
