Bienvenidos al nuevo sitio de noticias de la Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca»
Efemérides

¿Por qué fue necesaria la Ley de Reforma Agraria en Cuba?

Escrito por dcom

Para 1957 el campesino en Cuba no disponía como promedio de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar; el 60 por ciento (%) vivía en bohíos; el 85 carecía de servicio de agua corriente y cerca del 90 se alumbraba con luz brillante.

Una investigación de la Agrupación Católica Universitaria también reveló que, entre 1956 y 19957, solo el 3,36% consumía como alimento pan: el índice de desnutrición era del 91% en las áreas rurales. Mientras, el 14% de los encuestados afirmaron padecer o haber contraído tuberculosis.

Por otra parte,  de más de los 30 mil propietarios de tierras, el 1,5% (cubanos o extranjeros, fundamentalmente compañías extranjeras) poseían el 46% del área cultivable, en total las latifundistas grandes y medianos constituían el 9,4% y poseían el 73% del agro cubano.

El desempleo en el país, según reportan datos oficiales de la época, era del 8,4% en los meses de zafra azucarera. Sin embargo, durante el «tiempo muerto», es decir, las tres cuartas partes del año) aumentaba del 20 al 25%.

Ante la situación de miseria de la mayoría de los campesinos cubanos fue suscrita el 17 de mayo de 1959, pocos meses después del Triunfo de la Revolución Cubana, la Ley de Reforma Agraria.

Puesta en vigor el 3 de junio  del mismo año, la Ley constituyó la primera medida revolucionaria que iniciara la transformación de la estructura económica y social de Cuba y su campesinado, posibilitando su desarrollo.

Según los reportes de varias publicaciones periódicas de la época, los aguaceros torrenciales característicos del mes de mayo en Cuba, dificultaron la llegada a La Plata del Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario, encabezado por Fidel Castro y Manuel Urrutia, entonces Primer Ministro y Presidente de la República, respectivamente.

En el resumen del acto, transmitido por radio Rebelde, Fidel Castro expresó:

“Nosotros entendemos que esta Ley inicia una etapa enteramente nueva en nuestra vida económica y que un esplendoroso porvenir espera a la Patria, si nos dedicamos todos a trabajar con mayor ahínco.”

Aunque, ya desde su alegato de autodefensa «La Historia me Absorberá», Castro enunciaba que la situación del campesinado constituía uno de los primeros problemas que debería resolver el gobierno revolucionario.

“Nosotros llamamos pueblo, si de lucha se trata (…) a los quinientos mil obreros del campo que habitan en los bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto (…), a los cien mil agricultores pequeños, que viven y mueren trabajando una tierra que no es suya (…)”

La Reforma Agraria eliminó el latifundio y fijó en 30 caballerías (402 hectáreas) “el máximo de extensión de tierra que podrá tener una persona natural o jurídica”.

Con esta iniciativa, una de las prioridades del Gobierno Revolucionario fue  la redistribución de las tierras y la socialización de una parte del área cultivable del país, mediante las cooperativas y granjas del pueblo.

Para los académicos y estudiosos del tema, esta primera ley, le confirió a la Revolución un evidente carácter democrático-popular-agrario y antiimperialista.

Sobre este acontecimiento histórico, el 17 de mayo de 1984 Fidel aseguró durante su discurso en el Acto Central por el XXV Aniversario de la Ley de Reforma Agraria:

“La Revolución, al proclamar la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959, liberó a la masa campesina y a la masa obrera de la explotación: cien mil arrendatarios, aparceros y precaristas se convirtieron en propietarios en virtud de esa ley; y en virtud de esa ley, los grandes latifundios extranjeros y nacionales estaban condenados a desaparecer.

No fue solo la entrega de la tierra a los campesinos que la trabajaban, no fue solo la liberación de los obreros agrícolas; sino que en todo un conjunto de aspectos fundamentales podríamos decir que el 17 de mayo comenzó la liberación de nuestros campesinos y nuestros obreros agrícolas.”

Acerca del autor

dcom

VREURI

Dejar un comentario