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Ciencia y Tecnología Covid-19

Cuatro claves para vigilar el aire que respiramos en interiores y evitar la COVID-19

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la transmisión de la COVID-19 por vía aérea Foto: El Tiempo
Escrito por dcom

Un estudio de un restaurante en China, publicado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, mostró que los split desempeñaron un papel clave en la propagación del coronavirus

Por Víctor Fowler

Con el regreso a clases y a las oficinas en muchos países, evitar la propagación del coronavirus al interior de edificios se ha vuelto una cuestión clave.
Durante meses se nos ha dicho que nos lavemos las manos y mantengamos el distanciamiento social para evitar al SARS-COV-2 que causa la enfermedad COVID-19.
Pero científicos e ingenieros dicen que también debemos pensar en el aire que respiramos, a medida que los niños vuelven a las aulas y más personas retornaron a sus trabajos.
Los que siguen son aspectos clave a tener en cuenta:

1. SI ESTÁ MAL VENTILADO, ALÉJATE
Cuando entras en una habitación y el aire se siente viciado o cargado, algo anda mal con la ventilación. No está entrando suficiente aire fresco, lo que aumenta las posibilidades de infectarse de coronavirus. Investigaciones recientes muestran que en espacios cerrados puede haber una «transmisión aérea» del virus, pues hay pequeñas partículas del patógeno que permanecen en el aire.
Así que la entrada de aire fresco es más importante que nunca. Entonces, si un lugar está mal ventilado, hay que dar la vuelta y marcharse, dice el doctor Hywel Davies, director técnico de la Institución Colegiada de Ingenieros de Servicios de Construcción de Reino Unido.
Es vital tener un flujo de aire limpio: si hay alguien infectado en un edificio y entra suficiente aire del exterior, se diluye cualquier material infeccioso que se esté dispersando y se reduce el riesgo de que otras personas se infecten.

2. VIGILAR EL AIRE ACONDICIONADO
Desde las oficinas hasta las tiendas, el aire acondicionado es bienvenido en los días calurosos, pero es importante saber qué tipo de aparato hay. El más simple, conocido como aire acondicionado split, toma aire de una habitación, lo enfría y luego lo expulsa nuevamente. En otras palabras, está recirculando el aire.
Un estudio de un restaurante en China, publicado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, mostró que este tipo de aire acondicionado desempeñó un papel clave en la propagación del coronavirus.
En el establecimiento había un cliente presintomático, es decir, alguien
que estaba infectado, pero no se dio cuenta porque aún no había desarrollado síntomas. Los científicos consideran que liberó el virus al respirar y hablar. El patógeno fue dispersado por el lugar a través de las corrientes de aire de los splits en la pared. El resultado fue que otras nueve personas se infectaron.

3. NO PARARNOS DELANTE DE CORRIENTES DE AIRE
Cualquier experto en la materia lo dice: el aire fresco es la clave. Pero un especialista en modelar el movimiento del aire agrega que no es tan simple. Nick Wirth solía trabajar en el diseño de autos de Fórmula 1 y ahora asesora a supermercados y empresas de procesamiento de alimentos sobre cómo administrar el flujo de aire para mantener a las personas seguras.
Advierte que, si alguien está sentado al lado de una ventana abierta y es una persona contagiada, podría transmitir el virus a otros en la dirección que lleva el viento.
«Si abres una ventana, ¿adónde va a ir el aire? No es deseable que haya gente en una línea directa de ese flujo de aire», explica. «Más aire fresco en general es mejor, pero si fluye horizontalmente
y está lleno de virus, podría tener consecuencias no deseadas».
Ojo: Es evidente que esta lógica funciona lo mismo para el uso de ventiladores en los países cálidos.

4. COMPROBAR LOS FILTROS
Un sistema de ventilación moderno debe tener filtros, pero estos no son infalibles. En Corea del Sur, una empresa de telefonistas ubicada en un edificio de oficinas detectó que una persona fue capaz de infectar a más de 90. Si los filtros se hubieran revisado con más frecuencia, la presencia del virus podría haberse detectado antes.
Van den Wymelenberg dice que la información de los filtros puede «mostrarnos dónde atacar y cuándo» para combatir las infecciones. El aire que respiramos formará parte de cualquier esfuerzo para hacer que las edificaciones sean más seguras en estos tiempos de pandemia.

Nota: Fragmentos del artículo de David Shukman, editor de Ciencia de BBC, aparecido el 27 agosto bajo el título: Contagio del coronavirus: Cinco claves para vigilar el aire que respiramos en interiores y evitar el COVID-19.

(tomado del periódico Granma)

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