Entrevista a Reinier Lorenzo Cabeza, trabajador de la Universidad de Pinar del Río voluntario en labores de apoyo en la Zona Verde del Hospital de Campaña de la Sede Rafael María de Mendive
Por Edenia Abreu Hernández
Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca a Reinier Lorenzo Cabeza sabemos de sus peculiares características emprendedoras y la alegría de vivir que lo acompaña siempre.
Recientemente, ese espíritu le llevó a implicarse en las acciones de higienización que, desde la Zona Verde del Hospital de Campaña de la Sede Rafael María de Mendive, se realizan en nuestra Casa de Altos Estudios para enfrentar, desde todos los aspectos posibles, a la temerosa enfermedad que se convirtió en pandemia global.
“Se necesitaban nuevos voluntarios que por varios días ayudaran a higienizar las áreas aledañas a las cintas que delimitan el paso a Zona Roja en la Sede Pedagógica y yo accedí ante el llamado”.
Comenzando las jornadas bien temprano en la mañana y cubierto de accesorios de protección que lo hacían casi irreconocible, el joven informático en contrata en el Departamento de Sistemas y Tecnologías de la Información, perteneciente al Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI) en la UPR, reconoce lo importante y noble de las labores que se realizan para ayudar a la mejora de la situación epidemiológica en la provincia.
“Cuando estás allí y te ves cubierto con bata, careta y guantes realmente reconoces la seriedad de la situación que se vive. El temor se acrecienta cuando con mucho rigor los médicos que trabajan allí te enseñan todo un complejo protocolo sanitario para ponerte y retirarte los accesorios de resguardo”.
Reinier Lorenzo, quien apenas se incorporó la Universidad tres meses antes de comenzar la expansión de la terrible pandemia, asegura que la experiencia, más allá de ser diferente y temerosa, es única, pues al terminar las jornadas se quedaba con la satisfacción de sentirse útil para la sociedad.
“Todo el tiempo sentí que hacía algo que era necesario para todos. Que pensaran en mí para ayudar en el cuidado de las personas en medio de una pandemia, me llena de alegrías”.
Su familia, hoy más orgullosa que nuca, estuvo por esos días muy al pendiente de él, en especial su novia, estudiante de 5to año de Medicina e implicada en las pesquisas activas a la población. Ella le recordaba siempre la importancia de las medidas higiénico-sanitarias a seguir para evitar el contagio.
