Por Edenia Abreu Hernández
A veces siento que, de alguna manera, ya los cubanos estamos adaptados a vivir bloqueados y por ello en ocasiones no nos damos cuenta de que las complejidades a las que cada día nos enfrentamos son producto del efecto de ese sostenido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por parte del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba hace mas de 60 años y que afecta todas las esferas de desarrollo en nuestro país.
La Educación Superior Cubana no ha estado exenta de ello y hoy día ese absurdo embargo económico continúa representando un freno para el desarrollo exitoso de los procesos universitarios. Dificultades para el intercambio académico, negación de visas a profesores, inaccesibilidad a sitios web e imposibilidades para la renovación tecnológica son solo algunos de los tantos efectos del bloqueo a la enseñanza superior, que se agravan en un contexto de enfrentamiento a una pandemia causada por la expansión de la Covid-19.
En la Universidad de Pinar del Río, las principales afectaciones se centran en las dificultades para acceder al flujo de información científica por diferentes canales y las restricciones de acceso a sitios web, lo que limita el intercambio de información a través de Internet, el desarrollo intelectual e investigativo, la producción de software, la divulgación de la actividad científica y la adquisición de insumos de tecnología/medios destinados a la docencia de pre y postgrado.
Pero otros aspectos, que quizás los vemos alejados de la enseñanza, aunque no lo son, también entorpecen la eficacia de procesos.
Concretamente, en el período comprendido entre enero y diciembre del pasado año 2020, se afectó en mayor medida la entrada de combustible al centro y a consecuencia, se dejaron de recibir 32 190 litros, lo cual incidió directamente en los planes de transportación que implican el aseguramiento logístico, la adquisición y traslado de productos para la alimentación, el servicio y mantenimiento constructivo, el desarrollo de prácticas docentes, eventos científicos, el sistema de vigilancia y la asistencia de la Universidad a actividades fuera del territorio.
En cuanto a la calidad de la docencia y la investigación, se percibe una incidencia de los efectos del bloqueo en la baja anticipada de activos por falta de piezas o componentes. La rotura de computadoras y la imposibilidad de contar con los recursos financieros que permitan mediante créditos la obtención de piezas o la adquisición de nuevos equipos, limita la excelencia de nuestros programas de estudio; específicamente, la Facultad de Ciencias Técnicas, por las características de los programas que allí se ofertan y su vínculo con las tecnologías, es una de las áreas más afectadas en este sentido. Puesto que se le prohíbe a Cuba la importación de computadoras producidas por los mayores fabricantes del mundo y, para obtenerlas, se debe pagar un 30% o más, de su valor real en un tercer país.
Si de datos numéricos queremos saber es bueno conocer que, cinco carreras pedagógicas de dicha Facultad (Eléctrica, Construcción, Mecánica, Informática y Educación Laboral) presentan serias afectaciones de equipamiento de cómputo, máquinas, herramientas, materiales y medios de trabajo. En el Laboratorio de Circuitos Eléctricos, de la carrera de Ing. en Telecomunicaciones, las computadoras están defectuosas. El valor estimado de su reposición sería 1500.00 USD, igualmente se destacan las roturas de equipos de climatización y carencia de piezas de repuesto en los laboratorios de Electrónica y Sistemas de Radiocomunicaciones, con un valor estimado de 1200 USD.
La carrera de Geología, con carácter nacional, presenta hoy serias afectaciones en las prácticas docentes por la imposibilidad de comprar instrumental de campo, pues no se cuenta con mochilas para trabajo de campo equipadas con un kit cuyo costo para grupos de 30 estudiantes ascenderían en el mercado asiático a 30279.00 USD.
Estos daños que a diario enfrentamos tanto profesores como estudiantes y que para nada son del desconocimiento de la comunidad universitaria, son solo algunos ejemplos de cuanto realmente afecta el sostenido embargo económico. Por supuesto que existen limitaciones de recursos en el resto de las carreras y programas que se ofertan en la UPR, sobre todo, vinculados a las TICS, entre ellos, los insuficientes recursos especializados para la enseñanza de las lenguas (inglés, francés y portugués, esencialmente), la escasez de medios de enseñanza como video proyectores, pizarras acrílicas, cámaras de video y fotografía, dispositivos informáticos y tóner para imprimir documentación y materiales de estudio.
Si hoy las afectaciones no son mayores es debido a la prioridad que el gobierno cubano le da a la Educación Superior y a la comunidad universitaria, tratando siempre de mantener la calidad de la enseñanza en la formación de los profesionales, destinando una considerable cantidad de recursos financieros, materiales y humanos para garantizar el derecho de todos a la educación.