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Efemérides

El día que Santiago de Cuba se vistió de verde olivo

Escrito por dcom

Por MSc. José Madera Medina, profesor de Historia de la Universidad de Pinar del Río

El 30 de noviembre de 1956 fue el día en que la ciudad de Santiago de Cuba, en representación del pueblo cubano, “se vistió de verde olivo”.

Noviembre está cargado de efemérides y fechas significativas para la historia de Cuba.

Este día 30 de noviembre se conmemora el 64 aniversario del alzamiento de Santiago de Cuba realizado por el MR-26-7 encabezado por el joven maestro revolucionario Frank País García, en apoyo al desembarco del yate Granma acción coordinada desde México con el máximo dirigente de la ya naciente revolución, el entonces joven abogado y también líder, Fidel Castro Ruz.

Según lo acordado y prometido al pueblo el 25 de noviembre de 1956 partió del puerto de Tuxpan, en Veracruz, México, el yate Granma con 82 expedicionarios a bordo.

Fidel cumplía así la palabra empeñada de “ser libres” o “ser mártires” en ese año propio año, lo que también aseveró con la decisión anunciada con la frase desde el hermano país de que: “Si salgo llego, si llego entro, y si entro triunfo”.

Y por supuesto, salió, llegó entró y triunfó. Y lo hizo de una forma singular, pues triunfó a 2 años y 29 días de haber entrado en Cuba el 2 de diciembre de 1956.

Cinco días después, el 30 de noviembre, Frank País García, en cumplimiento también de la palabra comprometida con Fidel en la Carta de México, levantaba en armas la ciudad de Santiago de Cuba para hacer coincidir el desembarco con la acción revolucionaria en la capital de Oriente y así distraer a las fuerzas del enemigo y asegurarles a los expedicionarios una mejor llegada.

Lamentablemente, como se conoce, el mal tiempo existente en el Golfo de México y el sobrepeso de la pequeña embarcación marinera impidieron materializar la coincidencia planificada. “Quisiera tener la capacidad de volar”, fueron las palabras de Fidel al oír la noticia de los sucesos de Santiago de Cuba.

Sin embargo, aunque falló la sincronización, sobró coraje y valentía ese viernes en la indómita ciudad oriental, y la juventud cubana volvió a mostrar, como lo había hecho en los sucesos del 26 de julio de 1953, su voluntad de liberar a la isla de la odiosa dictadura de Fulgencio Batista.

La orden de alzamiento había llegado el día 27 de noviembre a la casa de Arturo Duque de Estrada en un sucinto telegrama en clave: “Obra pedida agotada, Editorial Divulgación”. (1)

La ciudad en espera del ansiado día la histórica acción de rebelión y de apoyo en que se “vistió de verde olivo”

Frank País había desplegado una febril actividad organizativa para ultimar todos los detalles y que el plan elaborado funcionara de manera debida: desde el acuartelamiento de los jóvenes del M-26 de Julio, el aprovisionamiento de armas y pertrechos militares, hasta del uso del uniforme verde olivo que con el brazalete rojinegro del 26 estrenarían ese día los revolucionarios santiagueros. Otros muchos revolucionarios dirigentes y combatientes los acompañaron en las acciones organizativas y después combativas, entre otros (as) estuvo la siempre presencia labor distinguida de la mujer cubana y santiaguera, en particular, en este caso. Solo para representar a las muchas de ellas mencionó a la destacada dirigente clandestina del MR-26-7 y del levantamiento popular de Santiago de Cuba, la entonces joven Vilma Espín, (Deborah) en la clandestinidad.

Cuentan las fuentes consultadas, historiadores y participantes que la noche del 29 de noviembre de 1956 transcurrió normal, como cualquier otra en la ciudad oriental, pero era calma en apariencias.

Ilusoria y cómplice, tenía que resultar aquella tranquilidad porque encubría la pasión por la libertad y la excitación de los revolucionarios que, al día siguiente, tomarían parte en los acontecimientos destinados a atraer la atención del ejército de la tiranía y posibilitar la acción de los expedicionarios, quienes, desde el 25 de noviembre, se hicieron a la mar con la misión de liberar
a Cuba. (2)

A la hora convenida, todos los que empuñaban un arma y vestían uniformes, y aquellos que no alcanzaron, estaban listos. Muchos, apenas ni probaron el desayuno de café con leche y galletas… la emoción y la espera les habían exaltado el ánimo.

El 30 de noviembre, Santiago amaneció en pie de guerra y el pueblo, entre asombrado y solidario, vio a decenas de jóvenes atacar puntos clave de la ciudad y evidenciar un coraje émulo de los mambises del siglo pasado.

Pepito Tey, a gritos de ¡Abajo Batista!, atacaba con 41 hombres por el frente la Estación de Policía, mientras el comando de Otto Parellada lo hacía por detrás. Otro grupo de 19 combatientes atacaba la Policía Marítima, y tras liquidar la posta tomaban la estación, ocupaban las armas y se retiraban. En Porfirio Sánchez Valiente y Aguilera se asaltaba la armería de la ferretería Dolores.

La ciudad de Santiago de Cuba cobró vitalidad súbitamente con las notas del Himno Nacional, entonadas por quienes se aprestaban al combate. Los objetivos para asistir desde allí al desembarco del Granma y a sus 82 expedicionarios, estaban claramente definidos: tomar por sorpresa la Policía Marítima, el edificio de la Policía Nacional y el Cuartel Moncada.

La jefatura de Policía fue atacada por el grupo de hombres del Movimiento 26 de Julio que lideraban Pepito Tey y Otto Parellada, pero el factor sorpresa falló al ser descubiertos por un guardia quien disparó su arma, y comenzaba así la batalla desigual para los revolucionarios, numéricamente inferiores.

El fuego de los cócteles Molotov usados por los combatientes arrasó con la estación de Policía, pero en la acción perdieron la vida tres jóvenes valerosos, los jefes del comando Pepito Tey, Otto Parellada, y Tony Alomá. (2)

Desenlace y significado de la acción del día en que el pueblo estrenó el uniforme verde olivo

Según fuentes consultadas el propio, Frank País, jefe del Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad escribiría en la edición clandestina del periódico Revolución, correspondiente a la segunda quincena de febrero de 1957:

“La población entera de Santiago, enardecida y aliada de los revolucionarios, cooperó unánimemente con nosotros. Cuidaba a los heridos, escondía a los hombres armados, guardaba las armas y los uniformes de los perseguidos; nos alentaba, nos prestaba las casas y vigilaba el lugar, avisándonos de los movimientos del Ejército. Era hermoso el espectáculo de un pueblo cooperando con toda valentía en los momentos más difíciles de la lucha”.

Ese día engrosaron la lista de los mártires de la patria los jóvenes José Tey, Pepito; Otto Parelleda y Tony Alomá, y aunque falló la sincronización de acciones y el yate Granma llegaría con retraso a Cuba, la juventud santiaguera dio prueba de entereza y voluntad de lucha, estremeciendo al régimen de Batista.

También en otros lugares del país hubo acciones de uno u otro tipo. En Guantánamo, Julio Camacho Aguilera lideró las operaciones; integrantes del Movimiento poblaron de obstáculos las carreteras de Holguín, Manzanillo y Santiago de Cuba; en Manzanillo, Celia Sánchez organizó grupos de campesinos para la llegada de la expedición; en Puerto Padre, un comando asaltaba un polvorín. (3). También hubo levantamientos y sublevaciones de apoyo en otras provincias y ciudades, como lo ocurrido en Pinar del Río

El levantamiento pinareño del 30 de noviembre de 1956

Sobre ello también resalto resumidamente la poco recogida y reconocida por la historiografía cuban de la participación pinareña en acción significativa colateral en apoyo al desembarco del Granma, de “despiste al régimen, pues el desembarco también podría ocurrir por la región occidental de Pinar del Río en caso de emergencia y por estrategia. El hecho en cuestión lo resumo así:

El día 30 de noviembre de 1956se alzaron en armas en Pinar del Río más de 50 combatientes   revolucionarios del MR -26-7 en apoyo también al desembarco del Granma por si este se producía por la zona más occidental del país; 30 de ellos fueron capturados y juzgados por el hecho. Este día se alzaba también en Minas de Matahambre, Roberto Amarán Mamposo con otro grupo de revolucionarios. (4)

Las acciones del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, que en su acción táctico -estratégica general no cumplió su objetivo, y así lo fue quizás, pero no en su acción política por la estrecha concepción estrategia general de rebelión popular en apoyo al desembarco del Granma que se produce unos días después el 2 de diciembre. Día que daba sus primeros pasos el naciente Ejército Rebelde, ejército popular, todo vestido de verde olivo como lo hicieron los revolucionarios de Santiago en 30 de noviembre. 

 Las fuerzas armadas del gobierno proyectaron la mentira de la derrota de la insurrección, que en realidad fue el inicio de la etapa final de la dictadura que caería dos años después bajo el empuje de las columnas guerrilleras, que se multiplicaron de aquellos primeros focos de guerrilleros y combatientes del llano. (5).

El líder de la Revolución cubana desde 1953, Fidel Castros se expresó en muchas varias ocasiones sobre al alzamiento del 30 de noviembre de 1956

Sobre el histórico acontecimiento coordinado con Frank País el Comandante en Jefe Fidel expresó en el discurso pronunciado en el acto para conmemorar el aniversario 45 del desembarco de los expedicionarios del Granma y el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la Plaza «Antonio Maceo», de Santiago de Cuba:

“Las noticias públicas del levantamiento del 30 de noviembre, que debía producirse después y no antes, de nuestro arribo, ocurre a la inversa debido al ímpetu incontenible de los combatientes santiagueros”.

El 13 de marzo de 1991, en discurso pronunciado en el acto estudiantil con motivo del XXXIV aniversario del Asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, efectuado en el antiguo Palacio Presidencial, el comandante narró:

“(…) cuando se produce el desembarco precedido por el levantamiento del 30 de noviembre, al no producirse la coincidencia —y ese era uno de los riesgos de tratar de seguir una táctica de coincidencia exacta, porque cualquier incidente te retrasa en el mar, y eso fue lo que nos pasó— nos retrasamos dos días y, en consecuencia, se produce el levantamiento dos días antes. Todo el ejército cayó sobre la gente de Santiago, y después que dominaron el levantamiento todo el ejército cayó sobre nosotros. De modo que no se logró la fórmula más feliz en esa coordinación”. (6)

(*) Trabajo compilatorio realizado por el autor tomado de diversos autores y fuentes digitales de webs cubanas.

Fuentes

1-Ruiz, Alexis, Mulet. Alzamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba: pasión por la libertad. http://www.ult.edu.cu.

2-Amador, Narciso Fdez. La indomable Santiago del alzamiento. http://www.cubahora.cu/ 29 de noviembre de 2019.

3-Ob.Cit.

4-Madera, Medina José. Efemérides de noviembre. En. Libro de efemérides anuales fundamentales por meses. (*) (**) Colección Nuestra Historia. (Edición Especial Única). Departamento de Marxismo e Historia. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” (2016).

5- Wejebe, Cobo Jorge /ACN http://www.adelante.cu/ Primero con la Revolución. Alzamiento del 30 de noviembre: “La ciudad amaneció bajo un tiroteo general”. 30 noviembre 2018  

6 http://cubadebate. Así se refirió Fidel al 30 de noviembre.( 30 de noviembre de 2017).

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