Por Glendy Hernández Arozarena
A Liliana la conocí por azar, en mi rutina diaria de periodista que intenta poner rostros de esperanza a la pandemia de la Covid-19. Llovía a cántaros y la tormenta tropical Eta amenazaba con permanecer más tiempo en territorio vueltabajero.
En el Hospital de Campaña «Hermanos Saíz· me la presentaron. -Tienes que entrevistar a esta muchacha- me dijo el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (FCEE), -es una de nuestras valientes-recalcó.
Liliana Brito Pérez es modesta, conversa con pausas dulces, tiene una mirada segura de mujer empoderada, habla con sencillez de ella y con orgullo de su tropa del Departamento de Economía Global de la FCEE que también la acompaña.
«Estaremos aquí hasta que sea necesario. Nos toca estar donde más útil somos hoy y es en la lucha contra la Covid-19. Hemos hecho un muy buen equipo entre los médicos, las enfermeras, los miembros de la comisión de estadística, los profesores de informática, el personal del minint que nos apoya, el funcionario delMinsap y el decano como administrativos del Hospital de Campaña Hermanos Saíz.»
Durante nuestra conversación aquella mañana lluviosa y en las que continuaron de manera virtual destaca en ella la personalidad de líder, la condición humana y el sentido del deber.
«Llegar temprano se ha convertido en un desafío entre unos y otros listos para emprender la jornada con ánimo. Nuestro colectivo se siente motivado en la tarea de higienización que estamos realizando, con ímpetu y deseos de hacer.»
Desde que Pinar del Río reportó los primeros casos positivos de coronavirus muchos han sido los voluntarios de nuestra Casa de Altos Estudios en ofrecer su modesto aporte en cualquier frente, más que el compromiso personal es el saberse útil a los demás. Para Liliana no hace nada extraordinario.
«Esta labor no merita gracias ni tantos reconocimientos, se hace de corazón y más por la Universidad de todos. Esta es parte de nuestra casa, aquí estudiamos, nos quedamos trabajando y juntos somos una gran y linda familia. ¡Cómo no estar en función de ella para lo que necesite! «
Para mí saber que Liliana y su tropa existen, que la UPR suma más de 200 voluntarios ayuda a aligerar esta carga de incertidumbre por la pandemia. Es la calma en medio del caos: personas comunes, en apariencia, con un alma plural difícil de encontrar en estos tiempos. Todo estará bien.
